Cócteles con vino – II

Texto _ Francisco Javier Ruiz Vera

Ya hemos visto en el artículo anterior que el mundo de la coctelería con vino nos es más cercana de lo que en un primer momento nos puede parecer. Y que hay bebidas de nuestro universo personal que son cócteles con vino a pesar de que no fuéramos conscientes de ello.

En este de hoy, vamos a seguir ahondando en este tipo de bebidas que presentan mezclas con vinos. Más ejemplos de cócteles peninsulares con vino:

REBUJITO

El rebujito es un combinado con base de vino que desde hace algunos años se ha convertido en exitosa bebida, sobre todo en el sur de España. El vino que se utiliza es Manzanilla o Fino, al que se añade gaseosa de sabor lima-limón (como Seven Up o Sprite). Todo en vaso alto con hielo. Hay quien agrega hojas de hierbabuena y/o una rodaja de cítrico.

Algunos autores dicen que tiene su origen en los antiguos Sherry Cobbler, que eran cócteles muy populares en EE.UU. en el siglo XIX y que tenían base de vino, a la que se añadía azúcar y se completaban con agua en forma de hielo picado y/o en chorrito, con rodajas de cítricos y otras frutas, y toque de menta en rama a veces, y que se servían con cañitas. En la página anterior podemos ver las recetas de Jerry Thomas y Harry Johnson de sus Sherry Cobbler.

Al parecer esto evolucionó en Gran Bretaña en época victoriana hacia una especie de refresco con soda y que hay quien ve como precursor del Rebujito. Es discutible, pero en cualquier caso, tiene cierta base. Lo que sí que parece claro es que el Rebujito, como lo conocemos hoy en día, es una aportación nacida en algún recinto ferial de Andalucía en la década de los años 80 del siglo XX.

Según Antonio Barquero, farmacéutico e investigador sobre el particular, el Rebujito se inventó en una caseta llamada “La Rebotica” en la Feria de Corpus Christi de Granada en 1985. Cuenta que ya hacía años que los farmacéuticos que montaban la caseta buscaban una bebida refrescante para esos momentos y por casualidad la encontraron mezclando las bebidas que tenían más a mano, una caja de vino amontillado y una de Seven Up. A partir de ahí se popularizó y llegó a su culmen en las Ferias de Sevilla y Jerez.

Lo que en un primer momento hay quien catalogó de bebida “cutre” y sin futuro, se ha convertido con el tiempo en referente de bebidas refrescantes y asociadas a Ferias y Fiestas, sobre todo, en el sur de España. Fuera de ahí, no se encuentra en las cartas de muchos bares, restaurantes o coctelerías. Y hablamos de coctelerías, porque como siempre, lo que en España no tomamos en serio, fuera de aquí sí que lo hacen. Igual que el Kalimotxo o el Tinto de Verano, ya hay “bartenders” foráneos que lo han descubierto y lo aman, llegando a incluirlo en sus cartas de coctelería y haciendo versiones propias. En este sentido, destacar el ponche de rebujito que ha creado Joe Cleveland para Capa, en Orlando, Florida, EE.UU.

ZURRACAPOTE (o Zurra)

Es muy probable que algunos de los lectores no hayan oído hablar nunca de esta bebida, pero existe. Es una bebida habitual en las Fiestas locales de muchos pueblos y ciudades de Navarra, País Vasco, La Rioja o Castilla y León. De hecho, hay autores que aseguran que en algunas otras poblaciones como Guadalajara o Granada se ha “importado” este cóctel.

Tiene un origen popular y, por tanto, su preparación siempre ha sido algo casera. Se dice que nace en la zona de La Rioja. En poblaciones como Calahorra se organizan dentro de sus fiestas hasta concursos de elaboración del Zurracapote o Zurra. Muchas veces, este tipo de concursos van acompañados de otros de habilidad para beberlo en porrón. Suele servirse frío, se disfruta en compañía y degustando algún manjar al mismo tiempo, dando lugar a maridajes singulares, propios de las Fiestas patronales de cada lugar.

Como en muchas otras bebidas o comidas populares, no existe una receta única y verdadera. La base del Zurra es vino, normalmente clarete, aunque hay quien usa blanco o tinto. Se añade azúcar al gusto, canela y limón. Luego hay quien añade a esta fórmula principal frutas de todo tipo. Los procesos de elaboración e incluso las medidas pueden variar en función del autor de la bebida.

La receta que a continuación se describe es la que proponen desde el blog del Museo de la Cultura del Vino de la familia Vivanco.

Para una grupo grande de personas (30 – 40):
Primero disolvemos el azúcar en agua caliente hasta obtener una especie de almíbar. En una ponchera mezclamos el vino, el almíbar y el agua de haber cocido la canela en ella. Las ramas las reservamos.

Luego añadimos el zumo de los limones y mezclamos (reservamos las pieles sin lo blanco). En este punto se podrían añadir frutas variadas. Por último, tanto las ramas de canelas como las pieles de los limones los ponemos en una malla fina y los metemos en el líquido final ya bien mezclado. Todo ello se pone en nevera a macerar durante un periodo que vaya entre 5 y 7 días.
Vemos que el resultado final será una especie de cóctel – ponche que entronca con muchos ponches de vino que conocemos o incluso con nuestro próximo protagonista, la archiconocida Sangría.

SANGRÍA

En España es rara la persona que no sepa qué es la Sangría y que no la haya bebido alguna vez. Pero seguro que muy pocas de esas personas, al hablar de ello, se refieren a ella como cóctel. Sin embargo, en la mayoría de recetarios de coctelería, esta popular bebida, con sus diferentes variaciones, está recogida y con gran protagonismo desde hace décadas.

La base de la Sangría como la conocemos popularmente es vino tinto, acompañado de algún licor y/o destilado, fruta fresca o en zumo, y en ocasiones, con un toque de azúcar, especias (canela) y finalizada muchas veces con algún tipo de soda.

Desde revistas especializadas, se anima a que se juegue con estos elementos. Con lo que algunos autores indican y con aportaciones propias, podemos dar algunas claves de la moderna Sangría:

– Uso como base de vino, ya sea tinto, blanco o rosado.

– Utilización de fruta de temporada. Siempre saldrán en su punto óptimo de sabor. Y sin tener miedo a incluir frutas poco habituales como melón, kiwi , frutas del bosque o uvas, por ejemplo.

– A la hora de endulzar, atreverse con purés o siropes de vainilla, ruibarbo, flor de saúco…
– Añadir licores diferentes puede ser divertido: licor de granada, cerezas…

– Jugar con destilados secos y dulces puede ayudar a equilibrar.

– A pesar de que en su concepción no es un cóctel al uso, y por tanto no requiere una decoración de manera forzosa, es interesante hacer su presentación divertida a la vez que sugerente en cuanto a tema visual y aromático. Se podrían usar además de ruedas o twist de cítricos, ramas de menta o albahaca, romero, anís estrellado, etc.

– Si añadimos soda, tratar de agregar algo diferente puede hacer nuestra Sangría más atractiva. Quizás con una soda de limonada de rosas, o un ginger ale, o porqué no, un toque de ginger beer.

El origen exacto de la Sangría no está muy claro, pero casi todo el mundo lo sitúa en España, a pesar de que hay algunos estudiosos portugueses que atribuyen el descubrimiento al país vecino. Lo cierto es que este cóctel es conocido en todo el mundo y en cualquier país lo relacionan con España. En lo concerniente con el origen de esta bebida, publicaciones especializadas como ‘VinePair’, hablan de un precedente griego llamado “Hippocras”, que era un vino mezclado con azúcar y especias (una especie de “mulled wine”).

Y prosiguen indicando que desde que los fenicios trajeron a la Península Ibérica el cultivo de la vid, es probable que haya existido la Sangría en cierto sentido y con recetas varias. Tras diversas vicisitudes, la bebida resurge en la Edad Media y se extiende por las Indias, dando origen a bebidas similares en la colonias inglesas y francesas, que otros autores dan como precursora de la propia sangría, y son las que conocemos como “Sangaree”.

Otros asocian la sangría en España con la necesidad de crear ponches refrescantes para paliar los calores veraniegos propios de estas latitudes.

Está claro que según lo que uno lea buscando el origen de este famoso cóctel, hay visiones diferentes. En artículos norteamericanos vemos cómo sitúan el origen en España y a esta bebida como antecesora de lo que ellos conocieron luego como cócteles o ponches “Sangaree”.

Y con algunos autores patrios, ese origen se invierte. Estos dicen que es el cóctel anglosajón el origen de la sangría, toda vez que sí admiten que el nombre inglés proviene de la palabra española “sangre”. Para ello, incluso recurren al “Diccionario de Castellano con las voces de ciencias y artes” del padre Esteban Terreros (1.788), en el que afirmaba que la sangría era “cierta bebida que han inventado los ingleses y se usa mucho en las colonias inglesas y francesas de América: los ingleses dicen que refresca porque lleva algo de zumo de limón o de cidra (…)”.

Y hay quien incluye en el debate el punto de vista filológico, diciendo que la palabra nuestra, sangría, no es más que un anglicismo adaptado, o sea, que es el término “Sangaree” españolizado.

Si tenemos en cuenta la definición de la RAE acerca de la Sangría de 1.803, que indicaba: “bebida que se compone de agua de limón y vino tinto”, nuestra bebida entronca directamente con una bebida medieval, anterior a las colonias americanas, conocida como limonada de vino. Se utilizaba incluso como remedio medicinal. Llevaba vino, limón, azúcar y especias, así que sería heredera del “Hippocras” griego, sus posteriores versiones de la Roma Imperial y su adaptación europea (cada país tenía su versión).

Que cada cual crea lo que quiera en torno al origen de la sangría, pero lo que sí que es cierto es que en toda Europa han existido desde siempre ponches y similares con base de vino que se asemejan a la sangría.

Lo que sí que está claro es que la actual sangría, ni siquiera tiene que ver con la definición que hoy día da la RAE: “Bebida refrescante que se compone de agua y vino con azúcar y limón u otros ingredientes”. Va mucho más allá y tampoco tiene que ver con las clásicas o recuperadas recetas de Sangaree, que en sus versiones primigéneas tenían vino de Madeira y gran contenido de alcohol, y que en versiones posteriores “(…) se singulariza por llevar todas sus fórmulas un poco de nuez moscada rallada. Los de más aceptación son los preparados a base de whisky, coñac y gin”, como define el gran barman español Pedro Chicote en su libro de 1.927 ‘El bar Americano en España’.

La sangría tiene entidad propia y amplio predicamento como emblema español, todo y que la legislación europea la recoge como producto protegido y solo se puede llamar así si se produce dentro de España y Portugal y tiene un contenido máximo de alcohol del 12%.

Gracias a la Feria de Nueva York de 1.964, donde se incluyó como bebida oficial en el pabellón español, resurgió el consumo en EE.UU. y se terminó de popularizar por todo el mundo hasta nuestros días, estando presente en recetarios de coctelería de todo el mundo y teniendo una buena consideración.

Otra cosa es lo que a veces se vende a los turistas en nuestro país y que se autodenomina sangría. Obviaremos la crítica a todo lo que se elabora rápido, con malos ingredientes o que sale directamente de un “tetra brick”. Preferimos elogiar el buen hacer de miles de “Bartenders” en todo el mundo, sobre todo en España, que aprecian a la sangría como cóctel y la tratan con igual respecto que a un Dry Martini o un a Negroni. Y reivindicamos tradición y modernidad a la hora de elaborar una sangría. Conjugar ambas puede ser un buen punto de partida para incluirla en cualquier carta de restaurante o coctelería del mundo.

Bajo estas líneas os dejamos la receta que recogió la IBA en su listado de 2017 de cócteles nacionales como National Cocktail Spain (propiedad de FABE) y que llevaba la firma del gran Barman Ramón Ramírez Fresneda, como Presidente de FABE.

En el próximo artículo seguiremos ahondando en la sangría y en otros cócteles con vino. Mientras tanto invito a todos y todas a practicar la elaboración y la cata de sangrías, tintos de verano, rebujitos, kalimotxos, zurracapotes y otros refrescantes cócteles con vino. Y por supuesto, os recuerdo que siempre hay que beberlos con moderación. ¡Hasta el próximo artículo!

Fabricantes de cerveza, marcas y cócteles (V) – Japón

Texto y fotografías_ Francisco Javier Ruiz Vera

Proseguimos descubriendo el mundo de la cerveza artesanal y seguimos viajando por el continente asiático. Hablamos hoy de las cervezas artesanas de Japón y confeccionaremos con tres de ellas tres cócteles.

A finales de los años 80 del siglo XX, el mercado japonés estaba dominado por cervezas ligeras tipo ‘Lager’. Este tipo de cervezas, muy fáciles de beber, eran lo que el consumidor japonés conocía y lo que demandaba.

Japón había “copiado” desde finales del siglo XIX el estilo de cerveza alemán, llegando a importar todo el material para la producción en suelo asiático desde la propia Alemania. Ese estilo fue el rey del mercado cervecero japonés, llegando a suponer el 95% de éste. Y fue tras la Segunda Guerra Mundial que los productores japoneses, debido a cuestiones logísticas, afinaron el gusto de sus cervezas, haciéndolas más ligeras y menos amargas.

En la década de los 2.000, marcas de cervezas industriales como Asahi o Kirin lideraban el mercado. Estas marcas, junto con otras como Sapporo, han llegado a convertirse en multinacionales que exportan sus cervezas a todo el mundo. Alguna de estas grandes marcas, incluso tiene factorías en Europa, lo que ha abaratado costes, convirtiendo a sus productos en accesibles al gran público de medio mundo.

Pero el cervecero de verdad japonés, conocía el auge internacional de otro tipo de cervezas, con un carácter además artesanal, y que, poco a poco sabía que esto iba a ser demandado en su país.

El creciente conocimiento en cervezas, unido a leyes locales y regionales permitió avanzar, aunque lentamente, a este tipo de cervezas en el país del Sol Naciente. La semilla de este movimiento artesano en Japón cabe ubicarla quizás a mediados de los años 90 del siglo pasado. En 1999 John Schultz abrió ‘Minami Aizu Brewing Co.’ en Tadami, Fukushima. Fue una de las marcas que más apostó por el movimiento artesano de cervezas niponas que unió a una vertiente hostelera.

El movimiento creció lentamente debido a las presiones de las grandes cerveceras ya establecidas y porque el público local era algo “hostil” a ese tipo de novedades. Fue tan fuerte esa oposición a la nueva cervecera de John Schultz que le obligó a cerrar en 2008. Pero algo fue innegable: mostró el camino a los amantes de la buena cerveza.

Las productoras de cerveza artesana en Japón aún suponen una parte ínfima del mercado – suponiendo entre un 1% y un 2%-, quedando como algo muy ligado a regiones determinadas, o sea, que no forma parte del mercado global japonés en general, sino que forman parte de mercados locales dentro del país insular. Pero no se puede obviar que cada vez se producen más litros de cerveza artesana y que cada vez tiene más adeptos entre los cerveceros japoneses.

Hay quien prevé que en breve supongan el 4% del mercado y que esa tendencia se mantenga y aumente el porcentaje poco a poco, a pesar de la “invasión” de grandes empresas extranjeras. Como ejemplo, marcas como la ‘Yo-Ho Brewing’ que ha pasado en poco tiempo de producir 60.000 litros a producir 450.000 litros al año. O como la ‘Baird Brewing’, que quieren doblar su producción de 350.000 litros de 2.015 y quieren llegar en pocos años a 2 millones de litros, gracias a una nueva sede de producción. Increíble si tenemos en cuenta que iniciaron su producción en 2.002 con barriles de 30 litros.

cervezas Japón

Dos factores importantes para el creciente, aunque lento desarrollo de la cerveza artesana en Japón, son la distribución y la creación de cultura cervecera. Ambos factores están siendo cuidados por los pequeños y medianos productores nipones, lo que sin duda, permitirá un crecimiento más afianzado.

Por otro lado, el lobby de las cervezas tradicionales (Asahi, Kirin, Sapporo, etc), sigue siendo un freno al que sólo la ilusión de hacer una buena cerveza puede hacer frente sin tirar la toalla a día de hoy.

Si alguno se acerca por Tokio, lugares como el ‘Two Dogs Taproom’, el ‘Craftsman’ o el ‘Titans Craft Beer Taproom & Bottle Shop’, son sitios a visitar.

El futuro cervecero artesano japonés es prometedor. Pero mientras lo vemos venir, cabría destacar tres marcas de cerveceras japonesas a degustar si uno tiene la ocasión. Como de costumbre, propondré algunas de ellas para poder elaborar cócteles con ellas.
Baird Brewing
Esta cervecera nace como un pequeño proyecto familiar de Bryan y Sayuri Baird. Dejaron sus trabajos para estudiar el arte de hacer cerveza en Estados Unidos y con dinero propio y de amigos abrieron su factoría. El permiso lo obtuvieron en 2.001 y ya en 2.003 empezaron a expandirse, pasando de barriles de producción de 30 a litros a otros de 250 litros. Esa progresión siguió en 2.006 y años posteriores, teniendo que construir una nueva factoría en 2.013, situada en medio de la naturaleza, junto al río Kano y que empieza a producir en 2.014.

Su filosofía es hacer cervezas artesanas con carácter propio, de manera honesta, sin grandes pretensiones y siempre de manera natural. Destaca por el cuidado y original diseño de sus etiquetas.

Destacaremos su cerveza ‘Angry Boy Brown Ale’. Hecha con cuatro tipos de malta, agua pura de la zona, azúcar japonés y lúpulo al estilo “Whole Flower Cones” de varios tipos, entre otros ingredientes, presenta un cuerpo muy correcto, con un amargor medio y un contenido de alcohol de 7%. De aroma y sabor intenso, con un color ámbar oscuro muy atractivo, nos da notas de malta tostada y un trasfondo de levadura, caramelo y frutos secos. Será ideal para construir el cóctel “Johnson Boggie”, de Steve McDermott del The Duke of Clarence:

JOHNSON BOGGIE

cervezas Japón

Ingredientes:

  • 30 cl Amaro Montenegro
  • Top Cerveza Angry Boy Brown Ale

Elaboración;

Se vierte el Amaro en un vaso tipo Collins o similar con hielo. Se rellena con la cerveza. Puede decorarse con rodaja de naranja. Se conjugan muy bien los amargos y dulces de ambos ingredientes y las notas de frutos secos. La naranja le aportará frescor y toques afrutados. Puede ser un buen aperitivo.

Yo-Ho Brewing
Esta compañía cervecera surge en 1.996 como parte de un holding de “management” turístico: Hoshino Resort CO.

Su base de producción está en plena naturaleza, entre montañas que gran parte del año están nevadas, en la región de Karuizawa.

Parte de su secreto proviene del agua que utiliza, de esa misma zona (Monte Asama), y de gran pureza y frescura.

Durante años han tenido un producción de cervezas tipo ‘Ale’ bastante moderada. Ha sido a partir de 2.010 que han despegado en el mercado japonés e incluso fuera del país, sobre todo gracias a ser nombrada ese mismo año “cervecera del año” por la Japan Craft Beer Association.

En los últimos años su crecimiento es constante y según ellos mismos, quieren “hacer a más y más gente feliz gracias a nuestras sabrosas cervezas”.

Sus cervezas, por cuestiones logísticas, sólo se venden en barriles y en latas. A pesar de que no soy un gran defensor de las cervezas en lata, hay que destacar el prestigio que tienen las de Yo-Ho Brewing.

De esta marca destacan la ‘Tokio Black’ y la ‘Yona Yona Ale’. Ésta última es una cerveza multipremiada, tipo APA, de 5,5% de APV y un amargor suave para su estilo (35,5 IBU). Posee marcados aromas cítricos gracias al lúpulo “Cascade”, resultando fresca y equilibrada, lo que nos va a venir bien para nuestro cóctel.

Con la ‘Yona Yona Ale’ se puede hacer un buen cóctel, como el “California Gold” (del Terrine, Los Angeles):

CALIFORNIA GOLD

Ingredientes:

  • 45 ml Redbreast 12 Year (whiskey irlandés)
  • 30 ml Zumo de limón
  • 20 ml Sirope de miel (3 partes de miel:1 agua)
  • Cerveza Yona Yona Ale
  • Gotas de Bitter Angostura
  • Limón para adornar

Elaboración:

En coctelera con hielo agitar el whiskey, el zumo y el sirope. Verter colado en un vaso Collins con hielo. Añadir la cerveza. Echar encima unas gotas del bitter y decorar con una rueda o media de limón.

El resultado es un cóctel equilibrado, aromático, fresco y con sensación de complejidad a pesar de la sencillez de los ingredientes. Ideal en cualquier momento.

cervezas Japón

Abashiri Beer
Por último destacamos esta cervecera ubicada en Abashiri, Hokkaido. Fue fundada en 1.998. Es uno de los principales exponentes de lo que se denominan “ji-beer”, o cervezas locales, lanzada en su momento para el mercado turístico (cliente = turista). Es una de las pocas que usa en su producción el método de decocción. También destaca por incluir menos malta de lo habitual y más adjuntos como copos de arroz, maíz, leche, etc.

Es un marca que ha ido creciendo poco a poco, pero que no tiene tampoco marcado en su futuro ser una de las grandes de Japón dentro del sector artesano, a pesar de que por calidad de sus cervezas podría serlo. Destacan entre sus cervezas la ‘Abashiri Prison Stout’, la ‘Abashiri White Ale’ o la ‘Abashiri Premium’. Ésta última es una Premium Lager de 5% APV. En ella destaca la presencia del lúpulo, aunque resulta muy equilibrada en sus notas dulces y amargas. Es fácil de beber, con burbuja fina. Tiene un color entre dorado y anaranjado, alejado de la trasparencia de las cervezas industriales. En aroma y sabor tiene toques herbales y de caramelo, con trasfondo de notas de malta y levadura. Tiene un buen cuerpo y más complejidad que una Premium Lager normal.

Ésta será una buena cerveza para hacer un cóctel sencillo como el “Birmosa” del Alla Spina de Philadelphia. Su director de Beverage comenta al respecto: “Para mi, un gran cóctel con cerveza te da una nueva perspectiva, al tiempo que ésta nunca pierde el carácter que la define (…)”. Nada que objetar a su comentario en cócteles simples. En cócteles complejos, la cosa no es tan sencilla y cabría matizarla.

Ingredientes; 

  • 90 ml Puré de mango
  • Cerveza Abashiri Premium Lager.

Preparación: 

  • Poner en copa o vaso el puré y añadir la cerveza. Remover muy suavemente (es opcional, pero recomendable). Mejor sin hielo, pero con copa muy fría.
  • Como vemos, en Japón, el país de la tecnología, cada vez se va haciendo más hueco lo artesanal en el mundo cervecero, gracias al trabajo de pequeñas factorías que promueven una cultura de la cerveza más moderna y siguiendo la tendencia que marcó en su momento EE.UU. y que siguió por Europa, Canadá y el resto del mundo.
  • En próximos artículos seguiremos disfrutando de cervezas desde la distancia y construyendo cócteles con ellas.

Fabricantes de cerveza, marcas y cócteles (V) – Corea del Sur

Texto y fotografías_ Francisco Javier Ruiz Vera

Continuando con nuestro paseo por zonas del mundo en las que tiene una cierta importancia la fabricación y el consumo de cerveza, sobre todo artesana, vamos a seguir mostrando algunas tendencias cerveceras del continente asiático.

En esta ocasión, tocamos un país con una progresión muy interesante en este sentido: Corea del Sur. Tradicionalmente, en este país la cerveza era de bastante mala calidad y nada hacía suponer que fuera a ser un referente en la actual escena asiática del sector cervecero.

Un factor que fue determinante para que “se pusieran las pilas” los surcoreanos, fue que sus vecinos del Norte tenían fama de tener mejores cervezas que ellos. De hecho, los norcoreareanos se encontraron en los primeros años del tercer milenio, en la zona de Pyongyang, con la puesta en marcha de la microcervecería Rakwon Paradise y la microcervecería Hotel Yanggakdo.

Su apuesta era clara: cervezas hechas con materiales de la mejor calidad y sin tener en cuenta los costes de producción. Por ello, había que hacer algo para mejorar la fama de la cerveza surcoreana. En 2010 nace la cervecera Craftworks Taphouse and Brewery, creada por gente no nacida en el país. Pero a pesar de ser extranjeros (cosa que no era rara en la industria de cervezas del país), tuvieron la buena y original idea de nombrar sus cervezas con denominaciones locales de montañas, dando origen a sus cervezas Bukhansan Pale Ale, Jirisan IPA y Namsan Pilsner.

Ello acercó la cerveza artesana de calidad a los ciudadanos autóctonos, que poco a poco se introdujeron en el mundillo cervecero. Los gustos coreanos apreciaban más tradicionalmente las cervezas ligeras, con poco amargor y cuerpo poco denso. Las grandes tasas a la industria cervecera, el dominio de dos grandes compañías (HiteJinro and Oriental Brewery) y la poca apuesta por los ingredientes locales, hacían difícil el avance de la pequeña industria de la cerveza artesana en Corea.

Pero a partir del 2012, con la apertura de “Brewpubs” en los que además de comida se ofrecía buena cerveza artesana e incluso cócteles, comenzaron a cambiar la cultura de Corea del Sur en temas de cerveza. En este sentido es destacable la cervecera y “brewpub” Magpie. También otros como Reilly’s Taphouse and Restaurant o Hair of the Dog.

cervezas de Corea del Sur

Influencias europeas, americanas y japonesas han ido formando el actual panorama de cervezas artesanas en Corea del Sur. Todo ello ha hecho crecer en gran medida el mercado surcoreano de cervezas que ya puede sacar pecho ante sus vecinos norcoreanos. Pero no todo es felicidad en el sector, pues hay quien critica la excesiva presencia de empresas cerveceras norteamericanas, que se han apuntado en masa al control de un emergente mercado.

Por no hablar de la presencia de auténticos mitos en el mundo de la cerveza artesana que se empiezan a instalar en el país. Como ejemplo, Mikkeller. Pero la “invasión” extranjera no debería ser vista como algo malo en sí mismo, sino como algo que dinamiza el sector . Lo que se ha de controlar es que no surjan oligopolios.

Nuevos festivales como la ‘The Beer Week’, proyectos audaces que tratan de hacerse hueco desde hace un tiempo como ‘The Booth’ o ‘The Eureka Project’, hacen que Corea del Sur sea pasito a pasito un país referencia en Asia entre los amantes de la buena cerveza artesana. Desde 2015, la creación de pubs y cerveceras que ofrecen al público cervezas de calidad, se da por muy diversas zonas de Corea del Sur. Quizás podemos destacar algunas como Seúl, Gwangju, Incheon, Daegu, Gangneung, etc.

A la hora de hablar de algunas de la empresas que producen cerveza artesana en Corea del Sur, vamos a centrarnos en tres que han logrado un unánime reconocimiento entre los amantes de la cerveza en la zona.

Magpie

La primera que destacamos es la cervecera Magpie. Nace en Seúl en 2011, de la mano de cuatro amigos amantes de las cervezas artesanas. En 2012 abren su primer “brewshop”, con una sola referencia en sus grifos: una Pale Ale.

Su éxito fue creciente hasta tener que abrir una factoría más grande en 2016, en la bonita isla de Jeju. En esta nueva planta, rodeada de naturaleza y en la que usan un agua muy pura de la zona, producen su Porter y su Pale Ale todo el año, además de tres “seasonal”.

Gracias a esta nueva planta productora, han incrementado su producción y están pensando en una expansión muy ambiciosa que haga que sus cervezas lleguen a todos los rincones del país y a otros países limítrofes. El salto a Estados Unidos, también está en su horizonte, pero a medio plazo.

Una de las señas de identidad de Magpie es el uso de ingredientes fuera de lo habitual y que sean de la zona. En este sentido, comentar que en algunas de sus cervezas utilizan pieles de mandarinas de la isla de Jiju o calabazas ahumadas hobak, propias de Corea. De entre sus cervezas, es reseñable la calidad de su Porter: la Magpie Porter.Tiene una personalidad marcada por notas de chocolate, café y malta tostada en su aroma, y las mismas notas se repiten en el gusto, pero algo más tenues, envueltas en un buen cuerpo, de textura sedosa. El color es el esperado: marrón oscuro casi negro. Esta cerveza nos servirá muy bien para preparar un cóctel como el Kelso Cola, creado por la Holland House de Nashville (USA).

cervezas de Corea del Sur

KELSO COLA

Ingredientes:

  • 4,50 cl Licor de Bourbon
  • 2,25 cl Ron especiado
  • 1,50 cl Licor de café
  • 1 Clara de huevo
  • Cerveza Magpie Porter (se puede usar también una Stout clásica, una Robust Porter…)

Elaboración

Ponemos en coctelera todo menos la cerveza. Se hace un Dry Shake con fuerza. Se añade hielo a la coctelera y se vuelve a agitar. Se vierte colado en vaso tipo Old Fashioned con hielo y se rellena con la cerveza. Remover es opcional. Puede decorarse o no. Si se hace, recomiendo una piel de naranja y una hoja de menta.

Otra cervecera que cabe destacar es la Maloney’s Brewing Co.

Maloney´s Brewing Co.

Nace dentro del proyecto empresarial del Maloney’s Pub & Grill hace cuatro años y en este tiempo ha acumulado una cierta fama dentro del mundo cervecero coreano. Es sin duda una de las protagonistas de la escena de cervezas artesanas de la zona de Seúl.

Eso sí, como muchas pequeñas cerveceras artesanas del mundo, produce sus cervezas fuera de sus establecimientos. Más concretamente, la Maloney’s contrata su producción con la factoría de otra importante cervecera, la Hand and Malt Brewing Co. Actualmente comercializa con éxito dos tipos de cervezas: una Irish red (la Southie) y una IPA (la Combat Zone).De sus cervezas, la que mejor puede ayudarnos a construir un buen cóctel es la Combat Zone.

Es una IPA con un perfil de bastante amargor, con 85 IBUs, y un porcentaje de alcohol medio (7,5% APV). Está hecha a la americana, con maltas importadas de Norteamérica (maltas 2 row – Ultra Pale Cristal y Carapils) y lúpulos también americanos, como el Columbus. Es una cerveza compleja, con una toque cítrico muy interesante y un trasfondo especiado. Resulta aromática, lo que es bastante interesante para coctelería y además es muy equilibrada, lo cual también es ideal para construir un cóctel. En aroma, además de notas lupuladas y cítricas, encontramos notas boscosas y florales. En boca se añaden además notas terrosas.

Si sumamos un cuerpo medio, una textura oleosa, un carbonatado medio-bajo y un final seco, amargo y largo, tenemos una cerveza ideal para usar como ingrediente en coctelería. La receta que propongo es propia y la utilicé como parte de un Curso de Coctelería en un espacio especializado en cervezas.

cervezas de Corea del Sur

TRIBAL COCKTAIL

Ingredientes:

  • 4,5 cl Gin Seagrams.
  • 2,0 cl Sirope Monin de Rosas.
  • 3 cl Zumo de lima exprimido.
  • 2,5 cl Licor de melocotón.
    Rellenamos con cerveza Combat Zone.

Elaboración:

Se agita todo menos la cerveza en coctelera con hielo. Se vierte colado en copa tulipa. Se añade la cerveza y se remueve con cuidado. Se decora con una rodaja de naranja y un poco de hierbabuena. Se pone también una cañita.

Por último, hablamos ahora de la antes mencionada Hand and Malt Brewing Co. Es quizás de las de mayor dimensión en cuanto a producción artesana y fabrica cervezas para varias micro-cervecerías del país, a pesar de que ellos mismos se consideran pequeña. Utilizan productos locales, promoviendo el apoyo al producto de proximidad y favoreciendo el comercio con granjeros de la zona. Han obtenido en los últimos años numerosos reconocimientos en eventos cerveceros.

Sus cervezas son de gran calidad y destaco entre ellas la Chyung Pyung Harvest Ale y la Napa Dubbel. Puestos a elegir, nos quedamos para proponer un cóctel con la Napa Dubbel.

Es una cerveza de abadía tipo Dubbel, al estilo belga. Utilizan en su elaboración un azúcar típico coreano llamado Korean Yeot, que le da un punto de dulzor algo complejo. En nariz presenta notas tostadas y de frutas maduras. En boca, notas de ciruelas pasas, melazas y algo de cacao. El amargor es suave y el alcohol está bien integrado. Resulta cálida y es ideal para estas fechas invernales. Como cóctel con esta cerveza, podríamos hacer una variante propia del cóctel Dubbel Rum.

DUBBEL RUM (variante)

Ingredientes:

  • 3,00 cl Dark Rum
  • 1,50 cl Kalhúa
  • 0,75 cl Licor de canela
  • 0,25 cl Fernet Branca
    Rellenar con cerveza Napa Dubble.

Elaboración:

Se agita todo menos la cerveza en coctelera con hielo. Se vierte colado en copa cóctel previamente enfriada y se rellena con la cerveza. Se remueve con cuidado en la misma copa. Se puede decorar con un palillo brocheta con uvas pasas.

Como se puede comprobar, seguimos haciendo buenos cócteles con buenas cervezas. Y en Corea del Sur, poco a poco van avanzando hacia un mercado lleno de cervezas artesanas de calidad, en el que ponen sus ojos mercados tan importantes como el norteamericano. A medio plazo, la interacción entre ambos mercados se prevé casi equiparada.

Fabricantes de cerveza, marcas y cócteles (IV) – La India

Texto_Francisco Javier Ruiz Vera

Siguiendo con la visión global de los productores y fabricantes de cervezas y la aplicación de éstas en la Coctelería, proseguimos con nuestro viaje por el mundo y nos detendremos hoy en una zona del planeta que por sus dimensiones, constituye casi un continente: La India.

Hoy día se puede consumir en casi cualquier parte del Globo terráqueo todo tipo de cervezas. La globalización lo propone y el transporte actual lo permite. Aquí en España, ya hace tiempo que llegan cervezas internacionales de todas partes, ya sea vía internet o a través de proveedores especializados. Pero de la India, no nos llegan muchas cervezas. De hecho, de Asia, llegan pocas cervezas y la mayoría, se producen en Europa a través de permisos de los propietarios de las marcas.

Son cervezas que en muchas ocasiones pertenecen a grandes distribuidores mundiales. Un ejemplo puede ser la cerveza Cobra, que pertenece al grupo Molso Coors. Y otro ejemplo puede ser la cerveza Kingfisher, distribuida por el grupo Heineken. Pero no hablaremos de este tipo de cervezas industriales, sino que seguiremos con nuestro gusto por descubrir cervezas artesanas. El movimiento de cervezas artesanas en la India es relativamente reciente.

Existían con anterioridad pequeños locales que producían su propia cerveza y la vendían a sus clientes. Pero se considera que la  primera micro-cervecería con cara y ojos es la Doolally, abierta en 2009 en Pune. Desde entonces se han creado por toda la India innumerables micro-cervecerías y brewpubs, que han contribuido en gran medida a un interés creciente por la cerveza artesana en la nuevas generaciones indias y en los turistas que hasta aquellas latitudes llegan. Quizás las zonas más importantes en este sentido, son las de Mumbai, Bangalore y Gurgaon.

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Al principio, eran pocos los estilos de cervezas artesanas que se hacían en la India. Pero poco a poco la cosa se ha ido ampliando y hoy día podemos encontrar cervezas de casi cualquier estilo y con lúpulos y maltas de toda procedencia. En esto ha hecho mucho la formación y la influencia americana y alemana. Estos pequeños productores, en sus locales tipo pub, incorporan a su oferta de cervezas, otras de música en vivo, comida, cultura, etc. Crean ambientes acogedores, cuidan mucho su encanto y siguen la máxima de “Small is Beautiful”.

Este movimiento artesano-cervecero en la India, compite en importancia con otros crecientes en otras partes del mundo: Brasil, Japón… Y se han empezado a organizar entorno a la CBAI (The Craft Brewers Association of India), que organiza muchos eventos técnicos y profesionales del sector. También se han empezado a realizar competiciones de cervezas artesanas, lo que siempre mueve mucho el sector y mejora la calidad del mismo. El apoyo de las autoridades y la mejora de la burocracia, son también factores que facilitan el crecimiento de este movimiento artesano. Según los expertos, a medio plazo, tendrá un crecimiento tan grande, que superará en repercusión a los movimientos de cerveza artesana de EE.UU y Europa. ¡Habrá que estar pendientes!

La primera cervecera que quiero destacar es la Gateway Brewing Co., de Mumbai. Como muchas otras, nace de la afición de sus creadores por la cerveza artesana. En un principio la hacían como hobby en plan casero. Con el tiempo, y entorno a un blog llamado IndianBeerGeek, decidieron dejarlo todo y comenzar una aventura empresarial dedicada a la cerveza artesana.

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La cosa comienza en 2010. Pero un año más tarde, apuestan por ir más allá de la venta a sus propios clientes del brewpub y comienzan a producir más cervezas para vender, tanto en grifo como en botella a restaurantes y comercios de la zona. Desde entonces hasta ahora han seguido creciendo en producción y popularidad. Sus cervezas tienen bastante calidad. Destacaré la Mocha Stout, la Dead Beet Ale (híbrida) o la Oktoberfest (tipo Märzen).

El cóctel que propongo, se puede hacer con la Dopplegänger, una de estilo Dunkelweizen (de trigo oscura). La receta se llama Bishop’s Wife. La original que se recoge en el libro “Beer Cocktails” de Howard & Ashley Stelzer, usa una Dopple Bock, pero nuestra variante creo que es más interesante al ser algo más suave y aportar más notas de trigo, de toffe y especiadas.

Bishop’s Wife

Ingredientes:

  • 2 cucharas de cerezas en conserva
  • 45 ml. Ron Negro (Dark Rum)
  • 120 ml. Cerveza Gateway Dopplegänger
  • 1 rodaja de lima para adornar.

Elaboración:

  • Se machacan las cerezas con el ron en un vaso tipo old fashioned. Se rellena con la cerveza y se remueve con delicadeza. Se adorna con la lima. El resultado es un cóctel goloso que recuerda a un pastel de cerezas y es perfecto para esta época otoñal.

 

 

Otra empresa cervecera india, de pequeña dimensión, pero de buenas cervezas artesanas es la micro-cervecería The White Owl. También está en la zona de Mumbai. Nace en 2014 en el local del mismo nombre. Apuestan por una producción pequeña que favorezca la artesanía y comercio local. Venden varias de sus cervezas fuera de su pub, pero el probar todas sus variedades, sólo sucede en su propio local The White Owl.

A pesar de ser una empresa joven, ya ha sido premiada en varios certámenes. Sus cervezas son modernas y de inspiración europea. Destacan la Torpedo o la Diablo. El cóctel que viene a continuación es con la Torpedo. Es una APA (American Pale Ale) con muchas notas cítricas (naranja sobre todo), aroma fresco y sabor dulce y amargo al mismo tiempo. Sobresale el lúpulo pero sin ser excesivo. Alcohol bien integrado. Sigue los patrones clásicos de la APA.

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Campari & APA Spritzer

Ingredientes: 

  • 45 ml Campari
  • ½ botella Cerveza White Owl Torpedo
  • Twist de limón (opcional)

Elaboración: 

  • Se llena un vaso old fashioned con  hielo en cubitos. Se añade el Campari. Luego, poco a poco la cerveza. Se retuerce la piel de limón sobre el vaso para que suelte su aceite esencial y se impregna también el borde con ella. Se deja el limón como adorno.

Es un cóctel heredero de esos cócteles tipo Negroni o Boulevardier. Se puede hacer también con una IPA. El combinar el amargor del Campari con el del lúpulo y sus notas cítricas, lo hace ideal para el aperitivo. Las burbujas le dan un toque más fresco que lo hace más apetecible aún en esos momentos que preparan para la comida.

Y por último, destacaría otra pequeña cervecera. Hablo de la Windmills Craftworks brewery. Es también muy joven y quizás una de las que tiene un concepto más sugerente a su alrededor. Se articula entorno a un local muy elegante que combina cervezas con restaurante, teatro, jazz, biblioteca, etc. Está en la zona de Bangalore. En sus cervezas trabaja estilos tradicionales, como IPA, Stout o Brown Ale, pero les da un toque propio y original. En este sentido es interesante su Coconut Brown Ale, con notas de azúcar de palmera y coco.

Para nuestro cóctel proponemos su Lager, hecha con lúpulo Saaz, de estilo checo, bastante lupulada, pocas notas de malta y bastantes florales, que resulta muy fresca. El cóctel es el Beermosa. Es una variante del clásico Mimosa. La receta con cerveza ya es también un clásico, pero la encontramos con muchas variables tanto en ingredientes como en cantidades. Hay quien la hace con una cerveza de trigo, quien la prepara con una cerveza belga, etc. Yo propongo la receta con una lager artesana.

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Beermosa

Ingredientes: 

  • 120 ml. Zumo de naranja recién exprimido
  • 250 ml. Cerveza Windmills Craftwork Lager

Elaboración:

  • Se vierte en una copa (puede ser flauta o no) la cerveza con cuidado de no hacer mucha espuma. Se añade el zumo y se remueve con delicadeza. Se decora con una fresa o una rodaja de naranja.

Es un cóctel que resulta tan interesante como el original en el que se basa. Ideal para un brunch.

 

Como hemos visto, en cualquier parte del mundo, el amor por la cerveza hace que crezca el fenómeno de la cerveza artesana… Y que dure. En próximos artículos seguiremos descubriendo nuevas cervezas y cócteles hecho con ellas.

Fabricantes de cerveza, marcas y cócteles (III)

Texto y fotografías_ Francisco Javier Ruíz Vera

Continuamos con nuestro repaso de fabricantes y marcas de calidad de cervezas del mundo y su uso en cócteles. En esta ocasión nos centramos en cervezas de Oceanía, haciendo un mayor hincapié en las de Australia y tocando por encima las de Nueva Zelanda.

Las cervezas de esta parte del mundo no nos son desconocidas exactamente, pues hay marcas como ‘Fosrter’s’, que son verdaderas multinacionales y que, gracias a pertenecer al portafolio de distribuidores globales, están presentes en multitud de países. También podríamos hablar de otro fabricante, ‘Coopers’, que siendo considerada en sus principios como cervecera artesanal, ha alcanzado tal dimensión, que se aproxima más a un productor industrial, aunque mantenga la calidad de sus cervezas. Igualmente está presente en muchos países.

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El desconocimiento de todo lo relativo a esta parte de nuestro planeta, puede hacer que creamos que tanto en cuestiones cerveceras como en aquellas relacionadas con la coctelería, sus profesionales no están entre los primeros a nivel mundial. Pero sería un grave error, pues tanto en industria cervecera como en todo lo concerniente a la coctelería, este continente tiene mucho que decir a nivel global.

Los consumidores de cerveza, sobre todo de Australia, cuando son preguntados por sus gustos cerveceros en cuanto a procedencia de sus cervezas artesanas favoritas, eligen en primer lugar a las de su país. Y a las de Nueva Zelanda en quinto lugar. Y realmente no se trata de un tema de chovinismo, sino que detrás, está el buen hacer de los productores de cerveza de aquellas tierras, que han recogido a lo largo del tiempo lo mejor de la tradición inglesa y americana. Ello ha derivado además en un imparable crecimiento de las cerveceras artesanales, grandes, pequeñas y micro (brewpub). Y son consumidores que aprecian muy bien los diferentes estilos de cervezas artesanas, eligiendo como su favorita la cerveza tipo IPA, en sus diferentes variantes (Double, Imperial…) La industria de la “Craft Beer” australiana tiene ya más de 30 años pero el despegue de ella ha sido hace unos 12 años, con la proliferación de innumerables nuevos productores con nueva mentalidad.

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Un ejemplo de esa mentalidad de la nueva industria cervecera artesana de Australia es la del pionero “brewer” Phil Sexton. Tras formarse en Reino Unido en estos temas, regresó a Australia y montó un Pub llamado ‘Sail & Anchor’ en Fremantle. Ahí empezó a comercializar tres tipos de cervezas. Su filosofía en aquellos momentos era clara: hacer lo opuesto a los que hacían las grandes empresas cerveceras y hacer algo interesante. El público respondió y la demanda se incrementó. Desde ese primer negocio, ha abierto más de 40 por todo el país.
Hoy en día, las más conocidas están en ubicadas en zonas turísticas, debido a la globalización del fenómeno de la cerveza artesana. Sus propietarios son cerveceros que se han formado en USA, UK o Europa. Estas nuevas cerveceras son también una alternativa a las bodegas y las vinotecas.

Queremos destacar en primer lugar a una cervecera artesanal que ha sido considerada como la mejor entre las productoras de mayor dimensión (Champion Craft Brewery Large), en los “Craft Awards 2017 – The Best of Australian Brewing”: ‘4 Pines Brewing Co’.

Tiene casi todo tipo de estilos de cerveza, entre los que destaca su Stout, hecha al más puro estilo escocés: ‘4 Pines Stout’. Esta ha ganado en el mismo certamen la medalla de oro en el estilo “Classic Irish-Style Dry Stout”.

La cervecera ‘4 Pines’ es una empresa familiar con un gran crecimiento en los últimos años. A destacar de ella, aparte de sus cervezas, su compromiso ecológico con el planeta. Relacionado con ello, ha desarrollado actividades para salvar pinos y zonas salvajes, además de crear su propia filosofía sobre responsabilidad social hacia el planeta, la cual trata de difundir siempre que puede.

La ‘4 Pines Stout’ tiene 5,1% APV y 40 IBUs. Destacan en ella notas de chocolate, caramelo y café, con buena densidad, interesante sensación sedosa en boca y con un ligero final seco. Con esta cerveza podemos hacer muchos tipos de cócteles, de estilo clásico o moderno, según las preferencias, y para maridar con ciertos tipos de comidas o como una forma de postre. Yo me voy a inclinar por proponer un cóctel que me parece muy interesante:

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STOUT GINGERBREAD

  • Ingredientes:
    • 45 ml Cerveza ‘4 Pines’
    • 45 ml Ron negro
    • 30 ml licor de jengibre
    • 15 ml Allspice dram
    • 1 clara de huevo
    • 2 dashes bitter chocolate
    • Canela
    • Nuez moscada en polvo
  • Elaboración:
    • Se pone la cerveza en una copa enfriada. En coctelera se agitan el resto de ingredientes. Se echa hielo y se agitan de nuevo con fuerza unos 30 segundos. Se vierte colado en la copa y se remueve todo. Se decora con piel de limón y/o jengibre caramelizado.

Otra empresa destacable en la producción cervecera artesanal australiana es Fixation Brewing Co, con varios premios también durante varios años seguidos. Trabaja las IPA básicamente y una de ellas, realmente prestigiosa, es la llamada Fixation IPA, ganadora este año de una medalla de oro entre las “American-Style India Pale Ale”. Sus IPAs tienen una gran influencia de las que se desarrollan en la Costa Este de los EE.UU, así que se puede decir que están hechas al estilo americano, con un toque muy fresco. Para ello, utilizan lúpulos como los que se incluyen en la Fixation IPA, como son el Mosaic, el Citra, el Simcoe o el Amarillo.

Esta cerveza posee aromas frutales y cítricos intensos, con un sabor de malta ligero y con notas resinosas y de madera que envuelven las de pomelo. Amargor bien definido. Final fresco y ligero, pero largo. La Fixation tiene un volumen de alcohol de 6,4% y un amargor de 65 IBUs. Es una cerveza ideal para mezclar con ron especiado o black. Pero el cóctel que os voy a recomendar es algo más original y la mezcla con Oporto. El cóctel en cuestión es una adaptación de Imbibe by Wondrich:

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ALE SANGAREE A LA WONDRICH 

  • Ingredientes:
    • 120 ml Cerveza Fixation IPA
    • 1 cucharada azúcar
    • 20 ml de Oporto
    • Nuez moscada en grano como decoración.
  • Elaboración:
    • Se llena un vaso con hielo. Se echa la cerveza. Se agita en coctelera el Oporto y el azúcar. Se vierten sobre el vaso a modo de “float”. Se decora con la nuez moscada por encima.

Si hablamos de cervezas artesanas de Nueva Zelanda, también cabe destacar el auge que han tenido, habiendo hoy día más de 150 empresas, entre cerveceras, micro-cerveceras y “brewpubs”. Supone en la isla el 60% de las ventas de alcohol. Destacaremos entre las cerveceras neocelandesas la ‘8 Wired’. Es una empresa nacida en 2005 y que sacó al mercado su primera cerveza en 2009. Ya en 2011 comenzaron a ganar premios y desde entonces han tenido un crecimiento sostenido. Según ellos mismos, hacen “interpretaciones en el Nuevo Mundo de estilos del Viejo Mundo”.

Entre sus cervezas, me quedo con la ‘Tall Poppy’, con sus 7% APV, una India Red Ale (una especie de Irish Red que está más cerca de una Amber Ale o una Red IPA). Tiene un aroma intenso y complejo, con notas de malta y caramelo, mezcladas con notas de frutas tropicales y cítricas. En boca continúa siendo compleja, con toques herbales, cítricos y de caramelo. El final es tirando a seco y fresco, algo especiado y ligeramente amargo. El cóctel que os propongo con este tipo de cerveza tan especial es del Bar Lab de Miami Beach:

GRAN INKA

  • Ingredientes:
    • 7,5 ml Pisco infusionado con pimiento picante (jalapeño o similar – 3 o 4 rodajas en 750 ml de pisco, durante 3 días).
    • 2,5 ml Licor de jengibre.
    • 1 dash Bitter de pomelo
    • 120 ml Cerveza Tall Poppy
    • Twist piel de limón.
  • Elaboración:
    • Combinar en vaso mezclador con hielo el pisco y el licor y remover. Añadir la cerveza y remover de nuevo. Colar sobre un vaso tipo pilsner, enfriado. Poner un top de la misma cerveza. Pasar la piel de limón por el labio del vaso, hacer twist.

Como veis, buenas cervezas hay por todo el mundo, por lejanas que sean las tierras en las que se den, y nos sirven para seguir haciendo buenos cócteles que refuerzan la presencia de la cerveza como ingrediente de la coctelería. Y cada día la tendencia va a más pero como he dicho muchas veces, hay que tener un buen conocimiento de las cervezas antes de usarlas.

Fabricantes de cerveza, marcas y cócteles (II)

Texto_ Francisco Javier Ruiz Vera – Fotografía_ Lizzie Munro

Tras el número especial de verano, retomamos el hilo de los artículos anteriores. Seguiremos viendo diferentes fabricantes y marcas de cervezas que pueden ser ideales para crear cócteles. También daremos las recetas de cócteles que las pueden incorporar como ingredientes.

Vistas ya varias norteamericanas, continuaremos hoy con algunas de centro y sudamericanas. Comenzaremos hablando de las cervezas mexicanas. Todos conocemos alguna marca de cerveza mexicana. Si nos preguntan el nombre de alguna de esas marcas, casi todos coincidiríamos en las mismas y serían cervezas industriales de cuerpo muy ligero, poco amargor y poco alcohol, que podemos encontrar en casi cualquier supermercado (Corona, Coronita, Sol…).

Y la mayoría vería las cervezas mexicanas como algo moderno, una moda que lleva pocos años. Pero la verdad es que la tradición cervecera mexicana se puede decir que se remonta a las tierras mesoamericanas en la época inmediatamente posterior a Tenochtitlán.

México es uno de los mayores exportadores de cerveza del mundo y su producción está dominada normalmente por dos grandes grupos: Cuahutémoc Moctezuma y Grupo Modelo.

Pero yo me voy a quedar con el crecimiento imparable de las cerveceras artesanas. Una de ellas, y de las mejores consideradas, es ‘Cerveza Minerva’. Nace en 2005 con muy poca producción y muy pocos recursos. Ha ido creciendo poco a poco en producción de litros y en calidad, llegando a conseguir en 2014 su primera medalla en el ‘World Beer Cup’ con su Pale Ale. Comercializa varios estilos: Kölsch, Viena, Pale Ale, IPA, etc.

Para la receta de cóctel, me voy a quedar con la Minerva ‘El Dorado’, una IPA de 8% Alc. Vol. hecha con el reputado lúpulo denominado Oro Verde o El Dorado. Posee un cuerpo medio muy interesante, y aparte de aromas cítricos, aportará al cóctel un punto de aroma a miel procedente de la malta. El cóctel que propongo con esta cerveza lo aporta Job Grier, autor del libro ‘Cocktails on Tap’. Es un cóctel que ejemplifica la fórmula ‘bitter-on-bitter’. El amargor medio de la cerveza complementa el potente amargor del Cynar. Ambos se equilibran con el dulzor de la miel, del brandy de manzana y de la malta de la cerveza. El limón añade un punto de frescor. La mezcla final es una cóctel ideal para este otoño.

The Detroiter

  • Ingredientes:
    • 30 ml Cynar
    • 25 ml Brandy de manzana
    • 25 ml zumo de limón
    • 25 ml sirope de miel
    • 60 ml Cerveza Minerva ‘El Dorado’ IPA
  • Preparación: Decoración: piel de pomelo. Poner todos los ingredientes en la coctelera menos la cerveza. Agitar en coctelera sin hielo primero y luego otra vez con hielo. Verter a través de colador en vaso ‘Old Fashioned”’con hielo. Rellenar con la cerveza y remover. Decorar con la piel de pomelo.

Argentina

Otro país interesante por su cervezas es Argentina. El mercado argentino en cuestiones cerveceras tiene a la cabeza emblemáticas cerveceras industriales muy conocidas, como por ejemplo ‘Quilmes’, o grandes grupos internacionales, como ‘Heineken’ o ‘AB Invev’.

Su industria en la cerveza artesana vive desde hace unos años un verdadero boom. Hay algunas empresas como ‘Patagonia’ que casi tiene dimensiones industriales. Pero también hay innumerables cerveceras medianas y pequeñas que promueven la calidad en sus productos artesanales.

Son muchas las cerveceras artesanas argentinas y con bastantes premios internacionales. He elegido para el siguiente cóctel la cervecera ‘Breoghan Brewery Pub’.

En el año 2001, Ramiro Rodríguez Echelet comienza a producir de forma casera sus primeras cervezas. En el año 2008 inaugura, junto a su hermano, el ‘Breoghan Brewery Pub’, produciendo 2.000 litros por mes. La creciente demanda combinada con el poco espacio físico, los lleva a mudar la fábrica para ampliar la producción. Hoy en día tienen varias factorías, bares y pubs.

La cerveza de ‘Breoghan’ que usaremos en el cóctel es la ‘Cream Stout’, que destaca por sus levaduras secas y maltas tostadas, que, junto a lúpulos ingleses, dan como resultado una cerveza equilibrada, con un amargor suave, agradable sensación en boca y una justa carbonatación. Las notas de café y chocolate está muy presentes en sabor y aroma.

El cóctel que haremos con la ‘Breoghan Cream Stout’ se llama ‘Gulf Coast Martini’. Fue creado para maridar con ostras y en su versión original utiliza un “Rotovap”, un evaporador rotatorio, pero una reducción al calor también va bien.

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Gulf Coast Martini

  • Ingredientes:
    • 50,75 ml de gin
    • 15 ml Cocchi americano (vino italiano fortificado y con toque amargo, que recuerda a los aperitivos italianos clásicos)
    • 1 cucharilla de reducción de cerveza Cream Stout*
    • 5 gotas de solución salina (1 parte sal y 4 partes de agua)
  • Elaboración: Decoración: rodaja de rábano o piel de naranja. Se ponen todos los ingredientes en un vaso mezclador con hielo. Revomer con energía y echar a través de un colador en una copa Martini. Se puede servir más fresco en un “Old Fashioned” con hielo. Decorar con la rodaja de rábano o la piel de naranja.

*NOTA: Para la reducción: poner en un cazo el contenido de una botella de Cream Stout. Llevar a ebullición. Bajar al mínimo el fuego y dejar cocer hasta que reduzca hasta algo menos de la mitad. Reservar frío hasta su uso.

Chile

Otro mercado sudamericano en crecimiento en cuanto a consumo cervecero es Chile. Su tradición en consumo y fabricación habitual de cerveza se remonta a mediados del siglo XIX y adquiere cierta importancia en regiones como Los Ríos. Y aquí quizás tiene más importancia la evolución del sector artesano que el del industrial, quizás debido a las magníficas aguas, la tradición y la calidad, siendo de gran consumo en el país y dando paso a la exportación.

De las empresas de cerveza artesana para nuestro cóctel elegimos una de la Provincia de Valdivia: ‘Cervezas Artesanales Valtare’. Y de entre sus variedades, nos quedamos para el cóctel con su Barley Wine.

Es una empresa creada por Renato Álvarez en el año 2011 que, una vez adquirió experiencia, fue profundizando por inquietud personal en nuevos conocimientos, a través de los cuales llega a fabricar cinco tipos de cervezas artesanales: Indian Pale Ale, Kölsch, Porter, Scottish Ale y Barley wine.

Destacan sus cervezas por su calidad, gracias a la pureza de su agua. Cuidan mucho los mostos y la presentación.

La Barley Wine de Valtare, llamada La Colorina, tiene 10,5% Alc. Vol. Destaca su sabor a malta y su color rojo cobrizo intenso. Recuerda, como la mayoría de las de este estilo, a un vino semejante al oporto.

A la hora de usarla en cócteles, hay que ir con cuidado para poder integrar bien en él la fuerza de su alcohol y su sabor potente. La receta que propongo para esta cerveza es el cóctel llamado ‘Gambol and Snap’.

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Gambol and Snap

  • Ingredientes
    • 55 ml tequila blanco
    • 15 ml Licor Dimmi  (es un licor afrutado y floral con vainilla, naranja amarga, melocotón y regaliz)
    • 7,5 ml de miel
    • 7,5 ml de zumo de lima
    • 30 ml de cerveza Valtare La Colorina Barley Wine
    • 3 rodajas de pepino
  • Elaboración: Decoración: Piel de naranja. Machacar el pepino en una vaso mezclador. Se añaden todos los ingredientes menos la cerveza. Poner hielo y remover. Añadir la cerveza y remover otra vez. Hacer un colado doble sobre un vaso ‘Old Fashioned’ con hielo. Decorar con la piel de naranja.

Es un cóctel lleno de notas de frutas dulces y especias, con un punto ácido y efervescente que si no fuera por su potencia alcohólica, recordaría un poco el universo de las Shandy. Hay muchos países y marcas de cervezas artesanas en centro y Sudamérica que suelen reunirse en el certamen ‘South Beer Cup’ que premia las mejores cervezas en diversos estilos. Colombia, Paraguay, Panamá, República Dominicana… forman parte de los países que están promoviendo la cerveza artesana.

Si alguien viaja por esos países, sería interesante poder probar cervezas artesanas, y aparte de las industriales más clásicas. Seguro que nos llevamos una agradable sorpresa. En el próximo artículo os seguiremos acercando a cervezas de diferentes zonas para seguir construyendo interesantes cócteles con ellas.

 

Fabricantes de cerveza, marcas y cócteles

Texto_ Francisco Javier Ruiz Vera – Fotografías_Daniel Krieger y Lizzie Munro

En artículos anteriores ya hemos dejado claro que la cerveza es un ingrediente más a la hora de confeccionar un cóctel y que cada una de las muchas que hay en el mercado tiene su propia personalidad y que ésta se puede, de una manera o de otra, transferir al resultado final, o sea, al cóctel en su conjunto.

En éste y en otros relatos cerveceros que vendrán próximamente, vamos a conocer diferentes fabricantes y marcas que pueden ser ideales para poder crear cócteles, aportando una receta de cóctel con dichas cervezas. Vamos a empezar por algunas norteamericanas, que son ideales para crear cócteles. Eso sí, no son fáciles de conseguir en España.

Y qué mejor que comenzar con una cerveza de la empresa cervecera elegida como la número uno del mundo varias veces en los últimos años por algunas de las mejores “webs” especializadas en cerveza. Hablamos de Hill Farmstead Brewery, de North Greensboro (Vermont). Una de sus más prestigiosas cervezas, llamada Abner, aparte de estar muy buena tomada sola, es un buen ingrediente para coctelería. Eso sí, para iniciados en la coctelería con cerveza, pues su gran personalidad ha de ser tratada por manos expertas.

La Hill Farmstead Brewery nace para continuar la tradición artesana de más de 220 años de la ciudad de North Greensboro. De hecho, su logo es una especie de homenaje al rótulo que colgaba, allá en los primeros años del siglo XIX, en la taberna Aaron Hill.

Sus cervezas artesanas son de gran calidad y elegantes, destacando para mí entre ellas la Abner, la Clara y la Clara Gin Barrel Aged. Esta última une el mundo de la cerveza con el de los destilados o cócteles que envejecen en barriles con el fin de conseguir nuevas sensaciones de “flavor” y también puede ser muy versátil para usar en coctelería.

La Abner debe su nombre al del abuelo de los propietarios de la marca. Es una Imperial Pale Ale y está hecha con maltas Pale y Caramel, lúpulos Chinook, Columbus, Simcoe y Warrior, además de incluir dextrosa, levadura y agua de un pozo propio. Tiene un porcentaje de alcohol del 8% y teóricamente, 170 IBUs. Tantos IBUs suponen un perfil bastante amargo, lo que unido a su complejidad aromática y su toque seco, le confieren un cierto “peligro” si se usa de manera poco experta a la hora de construir cócteles.

Su aroma tiene notas de frutas tropicales, de cítricos y herbales. El sabor, con un amargor bastante presente, posee recuerdos de pino y de piel de naranja. Y si hablamos del final, la palabra en seco. También destacable el retrogusto, limpio y cítrico. Alcohol, muy bien integrado. Su perfil se aproxima al de las mejores Double IPA.

La receta que sigue a continuación es de Tom Richter, del bar Dutch Kills (New York City).

cocteles con cerveza

HOP OVER

Ingredientes:

  • 15 ml. de zumo de limón
  • 22,5 ml. de Falernum
  • 30 ml. de Genever
  • 2 dashes de agua de azahar
  • Top de Cerveza Hill Farmstead Abner

Preparación:

  • Se combinan todos los ingredientes, menos la cerveza, en coctelera. Se vierte colado sobre vaso con hielo y se rellena con la cerveza (el top de unos 40 ml). Finalmente se decora con una o dos ruedas de limón.

La siguiente cerveza pertenece a una de mis “craft breweries” favoritas, por la calidad de sus cervezas por supuesto, pero quizás más por su originalidad, tanto en las recetas de sus cervezas como en los diseños de sus etiquetas y merchandising. Me refiero a la conocida Flying Dog Brewery.

Esta compañía cervecera está en los últimos años entre la 50 que más venden en Estados Unidos. Y casi siempre tiene alguna de sus cervezas entre las mejores del mundo. El origen de la Cervecería Flying Dog tiene un halo de leyenda. En 1983 George Stranahan y Richard McIntyre, sus fundadores, hicieron junto a otros amigos una expedición al K2, en pleno Himalaya. No tenían preparación y la expedición fue de mal en peor hasta el punto de que casi les cuesta la vida. De regreso a su Hotel en Pakistán, vieron un dibujo de un artista local que representaba un perro volador. Era algo extraordinario, como había sido su viaje y su experiencia. Entonces pasó a formar parte de ellos como símbolo de lo que habían vivido. En 1990 abrieron el Brew Pub en Aspen, Colorado, con ese perro volador como insignia. Así comenzó el origen de esta peculiar cervecería.

Una de sus primeras cervezas es la que nos ocupa: la Flying Dog Doggie Style. Es una cerveza de color ámbar. Espuma blanca, persistente. Carbonatado medio. En nariz, notas herbales, cítricas y un suave aroma a lúpulo. Tiene cuerpo medio-ligero y un sabor muy agradable, con notas dulces de malta. Un suave amargor y final con toque algo dulce por el acabado de estilo inglés acaba de redondear su personalidad.

Es una Pale Ale hecha con lúpulos americanos, por lo que se la puede considerar también una A.P.A. Su volumen de alcohol es de 5,5% y 35 IBUs. La malta que utiliza es Caramel y los lúpulos son Northern Brewer, Cascade, Simcoe y Citra.

La receta que sigue a continuación es de Zac Sorensen, del bar Violet Hour (Chicago).

cocteles con cerveza

HOP SKIP JUMP

Ingredientes:

  • 30 ml de Cynar
  • 15 ml. de Punt e Mes
  • 15 ml. de zumo de limón
  • 2 dashes de bitter de pomelo
  • Top de cerveza Flying Dog Doggie Style

Preparación:

  • Se agita todo en coctelera con hielo, menos la cerveza. Se vierte colado sobre vaso con hielo. Se termina de re-llenar el vaso con la cerveza (mitad del vaso). Se decora con la naranja.

Según su autor, el Cynar y el Punt e Mes son ideales para acentuar los aromas del lúpulo de esta cerveza.

Y la última cerveza que queremos destacar hoy como ingrediente para coctelería es de una compañía cervecera de Canadá. Este país tiene cerveceras artesanas de grandísima calidad, casi siempre con cierta influencia belga a la hora de confeccionar sus productos.

Quizás haya compañías cerveceras más conocidas en el país, como la Unibroue por ejemplo, pero la que nos atañe, la Brasserie Dieu de Ciel!, de Québec, tiene unos productos realmente buenos. Su propósito es hacer cervezas de calidad cuidando la integridad de los productos con los que las producen. Dan gran importancia al conocimiento del oficio para poder conseguir sus objetivos. Consideran a sus cervezas como audaces y esa cualidad, junto con la integridad, el refinamiento y la colaboración son los valores que creen que tiene su empresa (en su web dan más datos al respecto).

Los inicios del proyecto fueron en 1991 y el Brew Pub que dio origen a las pri-meras cervezas nació en 1997. Mientras llegaba ese momento, sus fundadores se fueron formando teórica y prácticamente en el oficio de “craftbrewer”. La cerveza de la cervecera Dieu de Ciel! que nos sirve para el siguiente cóctel es la Rigor Mortis ABT, una cerveza de abadía al estilo belga, cuadruple, trapista, en ciertos aspectos cercana a una Brown Ale. Se produce sólo una vez al año, con vistas a venderse a partir de abril y hasta que se acaben las existencias. Madura durante 6 meses.

La Rigor Mortis tiene un color ámbar oscuro, con espuma beige persistente y con burbuja media y buen cuerpo. Tiene muy poco amargor (20 IBUs). Posee un intenso aroma a malta y caramelo. Su sabor es complejo, con notas de frutos rojos y especias. En el retrogusto también notas de pan. El final es dulce y largo, con toques dulces y tostados. El alcohol (10,5% ABV) está bastante bien integrado.

La receta del cóctel que sigue es propia. La creé para un Curso de Coctelería y Cerveza hace un par de años. Funciona también con cervezas artesanas de estilo belga Triple.

Con ella, potenciamos las notas de frutos del bosque propias del sirope de frambuesa con las de la cerveza. Éstas interactúan con el toque terroso y algo ahumado del tequila, dando un toque complejo que logra equilibrar todo el cóctel. Además, ayudamos a equilibrar el resultado final con el amargor del Campari y el ácido del limón, pues de otro modo, sobresaldrían demasiado las notas dulces y el alcohol.

cocteles con cerveza

CÓCTEL M&M LUBBOCK

Ingredientes:

  • 45 ml de Tequila reposado
  • 15 ml de Campari
  • 25 ml de sirope de frambuesa
  • 15 ml zumo de limón
  • Cerveza Rigor Mortis ABT

Elaboración:

  • En coctelera con hielo todos los ingredientes menos la cerveza. Se agita bien y se cuela (doble colado) y se sirve en el vaso, que contendrá cubitos de hielo. Se rellena con la cerveza y se remueve con cuidado. Se adorna -cañita opcional.

En próximos artículos hablaremos de igual modo que hoy de cervezas de otras partes del mundo que nos pueden servir para nuestros cócteles con cerveza.