Texto_ Ângela Mendes (Editora da Revista Drinks Diary)
A pesar de ser países hermanos, tan próximos en términos geográficos y con tantas relaciones históricas, si hablamos en términos culturales, Portugal y España están bastante distantes. Y en lo que se refiere a hábitos de consumo, cuando se habla de la industria de las bebidas, esa realidad tiene que ser muy tenida en cuenta por las marcas que quieren cruzar la frontera e instalarse en el país vecino.
Esta idea me la transmitió la responsable de una ginebra española que está aunando esfuerzos para implementar su marca en Portugal. En España, los hábitos de consumo son diferentes. En los bares se toma tanto un pequeño almuerzo como un aperitivo antes de las comidas, o un picoteo en la cena. Un bar es un espacio más democrático, donde el hábito de beber se acepta antes del propio almuerzo.
En cambio, en Portugal, un bar es un lugar que sólo se visita de noche. Por aquí, el pequeño almuerzo o lunch se toma en pastelerías, cuyos escaparates se llenan de bollos, cafés y tés. Somos menos dados a «tapas y pinchos», aunque nos gustan los aperitivos por la tarde. Las comidas en Portugal son menos fluidas y se acomoda a cada hora del día.
Comenzar a beber en el almuerzo un día de trabajo no es una norma, incluso, si esto se hace con moderación y en un contexto profesional. Pero, ¿por qué es esto tan importante para las marcas? Muy fácil: un producto que puede ser un éxito en España puede que no lo sea en Portugal si no tiene en cuenta estas cuestiones y viceversa. No basta con utilizar una fórmula que ha tenido éxito en uno de los países y aplicarla al otro sin conocer estos parámetros ya que así, lo único que conseguiremos será una fórmula para el fracaso.
El bar en Portugal es un espacio nocturno y es en estos lugares donde se exponen una gran variedad de bebidas espirituosas para su consumo. Después existen una serie de cafeterías o pastelerías que aprovechan sus terrazas en verano para servir cerveza, algún vino y, en última instancia, el siempre solicitado gin tonic.
A la hora de trazar una estrategia para integrar al mercado portugués, las marcas españolas deben, en primer lugar, observar los patrones de consumo, los locales y analizar bien al público portugués para conocer sus matices.
Somos un mercado interesante y en lo que se refiere al consumo de bebidas espirituosas, estamos dispuestos a crecer y tener espacio para la innovación. Pero somos un caso específico. La mayor parte de las marcas internacionales tienen su localización en España por lo que crean un modelo que debe servir a todos, y Portugal es un mercado pequeño en el que prestan poca atención.
Sin embargo, teniendo en cuenta que Oporto ha sido considerado como el «Mejor Destino Europeo de 2017», una distinción con la que ya cuenta Lisboa, y siendo el Algarve un destino turístico por excelencia en el continente, ¿no va siento hora de que los departamentos de marketing de la industria de las bebidas comiencen a vernos como un mercado singular, pequeño pero muy atractivo?