Texto y Fotografía_Amer Gourmet
Bajo una constatada experiencia y la investigación por bandera, Alexandre Gabriel, fundador de Maison Ferrand, vuelve a sorprender al mundo. Tras relanzar el cognac Pierre Ferrand, después de crear y encumbrar a Citadelle Gin y Citadelle Réserve continúa apostando por dos pilares fundamentales: la investigación histórica y la búsqueda de la excelencia en el sabor. El resultado es Citadelle No Mistake Old Tom Gin, la primera ginebra del proyecto de innovación “Citadelle Extrèmes”, dentro del cual se seguirán desarrollando nuevos productos.
Para crearla, Alexandre Gabriel se ha inspirado en un estilo de gin muy popular en el S. XVIII, las “Old Tom”. Ginebras que, en su mayoría, se elaboraban en la clandestinidad, y cuya calidad final era de dudosa calidad. ¿Por qué fueron tan populares entonces? Porque se les añadía azúcar para mejorar su sabor. Esta práctica, sin embargo, acabó quedando en desuso con las mejoras de los procesos de destilación. Unas mejoras que terminaron por relegar a las “Old Tom” a un segundo plano y a hacer que los consumidores empezaran a apostar por las ginebras más secas.
¿Dónde está el secreto de Maison Ferrand?
Un fabuloso azúcar moreno, similar al azúcar demerara, que Alexandre Gabriel descubrió en uno de sus numerosos viajes al Caribe. Un azúcar que se somete a un proceso de caramelización inicial -en alambiques de cobre- y que posteriormente es ligeramente tostado y alcoholizado. Finalmente se da lugar a un “assemblage” con Citadelle Réserve y reposa varios meses en barricas hasta lograr el resultado final: una ginebra fresca pero muy potente (46%), redonda y elegante. Floral, con toques de enebro, sutiles notas de almendra y regaliz y con un punto especiado de canela que nos lleva al pasado.
Maison Ferrand apenas ha producido 13.000 botellas para todo el mundo de esta excepcional ginebra. Todas numeradas y firmadas por el propio Alexandre Gabriel.
Un sabor inigualable
Citadelle No Mistake Old Tom Gin es fresca y muy potente de entrada en nariz, con notas de enebro, piel de naranja y cardamomo. Evoluciona hacia aromas vegetales, con jazmín y madreselva y notas de hinojo y comino. Finalmente se suaviza, dejando notas a café.
En boca es plena y elegante, una mezcla de piel de limón confitada, ajenjo, anís y almendra. Evoluciona hacia notas especiadas: nuez moscada, canela y pimienta cubeba. El final es floral, especiado y amaderado, con notas de coriandro, violeta, angélica, comino, granos de paraíso y regaliz.