Texto_ Ângela Mendes (editora da Revista Drinks Diary) – Fotografía_ Ricardo Bernardo
Marvila es parte de una Lisboa que ha ido cayendo en el olvido en las últimas décadas, la Lisboa industrial, las fábricas y el puerto activo. De los grandes almacenes de vino, de las fábricas de fósforos y de jabón y de las granjas con huertos que abastecían los mercados de la ciudad. Una Lisboa productiva, que cayó en desuso con el avance de la época postindustrial. Los despojos, grandes almacenes en ruinas, espacios de memoria.
A la luz de lo ocurrido en otras ciudades europeas, esta zona olvidada comienza poco a poco a ganar vida a través de actividades como las artes y proyectos emprendedores que se van instalando en el lugar porque Marvila es Lisboa, pero con precios más accesibles y sin la gran presión turística.
Nadie niega que los precios de los alquileres son lo que primero atrae a los nuevos negocios, pero una vez en Marvila percibimos que hay un ambiente dinámico, un espacio para crecer y ese aura de contracultura y modernidad que contrasta con la tipicidad de la construcción industrial de principios del siglo pasado. Tal vez por eso, hablar en un campo de cerveza de Lisboa en Marvila suena tan bien, porque la cultura de cerveza artesanal es así: busca en enseñanzas antiguas formas de innovar, es experimental e irreverente, busca siempre más y diferente ¡y hay tanto por explorar!
Es aquí donde encontramos a tres microcerveceros que recorren ese camino y que, por casualidad, se instalaron en la misma zona, con sus proyectos específicos, pero que en un clima de cooperación y competencia sana están trabajando juntos para afirmar a Marvila como el Beer District de la capital.
Dois Corvos
A Dois Corvos fue la primera cervecera en instalarse en Marvila. El proyecto de la pareja Susana Cascais y Scott Steffens encontró en este barrio las condiciones necesarias para desarrollarlo. Según Susana, tenía todo el sentido elaborarlo dentro de los límites de la ciudad de Lisboa, pues la Dos Corvos está intrínsecamente ligada a la capital ya que los dos cuervos forman parte del escudo de armas y de la leyenda de la misma.
“En aquel momento no teníamos idea de que Marvila iba a explotar, pero este espacio tenía el área que necesitábamos, era una zona con buenos accesos para recibir y enviar mercancía y el precio era el correcto para nosotros”.
Nació así a Dos Corvos que inicialmente era sólo una pequeña fábrica de cerveza pero que hoy en día tiene también una Tap Room con cervezas de los dos cuervos para degustar y algunos aperitivos. Según Susana éste es un espacio que tiene una magia especial ya que permite a quien los visite probar la cerveza en el lugar donde se hace. “Todavía estamos en los inicios de la cultura cervecera en Portugal, dando los primeros pasos, y pienso que este espacio es súper importante para dar cervezas in situ o para llevar a casa. También por eso la aparición de otras cerveceras en el barrio es importante, porque el apasionado por la cerveza artesanal es alguien que le gusta experimentar, de novedades y por eso la diversidad atrae personas y beneficia a todos.
Por lo tanto, hay sinergias entre las tres cerveceras. Según Susana Cascais están “intentando poner en pie algo llamado Lisbon Beer District con el objetivo de promover la cerveza artesanal específicamente producida en Marvila y creo que hay espacio para organizarnos a semejanza de lo que sucede en otras ciudades. Londres tiene una Beer Mile, por ejemplo. Es algo que trae gente y dinamismo, intercambio de información.“ Además, subraya que todavía están fermentando la idea y que podrá crearse un gran evento originando un itinerario entre las cerveceras. Sin duda, será algo que suceda este año.
Musa
Hemos visitado Musa, un nuevo proyecto que todavía se acomodaba en su nuevo espacio en la Rua do Açúcar. Este espacio será creado junto con la Tap Room en un antiguo almacén que fue rescatado de la ruina ya que era una carpintería ilegal. Hemos sido recibidos por Nuno Melo que nos contó el viaje en coche que hizo de Porto con el amigo Bruno Carrilho y que los llevó a crear el proyecto. ¿Por qué Musa? Porque en el fondo es inspiradora esta transición a un mundo nuevo, es una puerta que se abre más allá de una realidad bicéfala donde sólo hay dos opciones de cerveza para un mundo de estilos y sabores diferentes.
“La Musa es algo que inspira a alguien a conocer otras cosas. Es lo que nos llevó a este nombre, además, y admito que fue una feliz coincidencia, Musa está en la etimología de la palabra música, que es algo que nos identifica mucho como equipo, la marca ha evolucionado más alrededor de ese concepto, los nombres de las cervezas.” – nos contó Nuno Melo, explicando que “desde el principio queríamos que las cervezas tuvieran una personalidad propia, si no, tendrías la Musa Ipa, la Musa Ale y perderíamos la diversidad que queríamos presentar. Entonces tienes cervezas con nombres como Red Zeppelin Ale y Mick Lager que son claras referencias al mundo de la música.”
Nuno Melo fue claro en lo que les trajo a Marvila: “no vale la pena inventar una historia inspiracional y glamurosa sobre lo que nos trajo aquí, podríamos haber ido a muchos otros sitios. Hay una razón para no estar más centrales -claramente el precio de las rentas-, pero no queríamos ir más lejos, queríamos estar cerca de las personas porque esa es la cultura de la cerveza y en Lisboa era éste el sitio que ofrecía esas condiciones.”
El encanto de los edificios, las rentas más bajas y ese lado más de vanguardia que ya se sentía en la zona con la instalación de productoras de vídeo, cine, diseño, entre otras, también indicaban la tendencia de que Marvila iba a ser un barrio en el que tenía sentido una empresa como La Musa.
Según Nuno Melo no se instalaron en Marvila porque A Dos Corvos ya estaba allí, y no era esa la motivación que perseguían, pero el hecho es que es una feliz coincidencia y que en este momento Marvila es casi un cluster de cerveza artesanal. “Incluso me gustaba que aparecieran más, esto podría pasar a ser un destino en el que la gente venía a probar cervezas diferentes y tener contacto con los productores.” Sublinha Nuno nos ha confesado que “ya hemos hablado de esto y ya promovemos el Lisbon Beer como tal.”
La fábrica de Musa también será Tap Room, con espacio para probar cervezas tanto de la casa como otras en un entorno productivo.
Lince
El proyecto Lince comenzó a ser un hobby casero de Antonio Carriço y Pedro Vieira, que comenzaron a hacer cerveza en casa con baldes de 5 litros. El brote creció y Lince se materializó a principios del verano del año pasado en un almacén de la antigua fábrica de fósforos de la Rua do Azúcar.
El proyecto es reciente y ha puesto en la calle una referencia: la cerveza Lince que es una Belgian Pale Ale, una cerveza de estilo belga que António Carriço describe como “fácil de beber, es una cerveza muy diferente de las cervezas industriales que conocemos. No es muy agresiva.“ Esto hace que esta cerveza sea una puerta al mundo de las cervezas para los laicos en la materia.El equipo pretende colocar tres nuevas referencias en el mercado este año, todas ellas bajo el nombre Lince, que se inspira en el Lince Ibérico, animal endógeno de la Península Ibérica y que está en vías de extinción. Es compromiso del equipo donar parte de los beneficios para el programa de protección de estos animales.
Cuando pensaron en montar la fábrica buscaron por Lisboa hasta encontrar en Marvila las condiciones ideales para hacerlo. Una zona con almacenes, por lo demás muchos de ellos antiguos almacenes de vino cuyo ambiente parecía propicio a la producción de cerveza.
El espacio que ocupan forma parte de una antigua fábrica de fósforos que se ha convertido en una especie de condominio de empresas. Lince comparte espacio con una fábrica de Ginginha y con una empresa de alquiler de ropa para películas y televisión. “Marvila por sí misma es una zona muy interesante, todo este ambiente de almacenes y fábricas antiguas, este aire decadente, al mismo tiempo que hay cultura, galerías de arte, dos teatros, creo que crecerá en los próximos años.”- nos confió Antonio Carriço cuando visitamos el espacio de producción de la cerveza Lince, una pequeña unidad fabril inmaculada, con su espacio de producción y oficina en un entresuelo. “Para producir cerveza tenemos que estar en un ambiente industrial, no puede ser en medio de un barrio residencial, por eso para nosotros éste es el lugar ideal porque queríamos estar dentro de Lisboa.”
El espacio de Lince no tiene Tap Room ni espacio para hacerlo, sin embargo, está en los objetivos del equipo abrir un espacio dedicado a la cerveza artesanal, preferentemente en Marvila. En cuanto a la proximidad con otras cervezas, Antonio señala que, “la cultura de la cerveza es una cultura urbana, de jóvenes que gustan experimentar cosas. Entre cerveceros hay un ambiente de cooperación y ayuda que no se encuentra en otros sectores. Nos encontramos muchas veces combinados, intercambiamos información, de hecho, ya ha ocurrido por ejemplo que un cervecero ha desarrollado el producto de otro porque le faltaban ingredientes de la receta. Hay competencia, claro, pero hay mucha cooperación.”
Es natural por lo tanto para el equipo de Lince el surgimiento de esta idea de la Lisboa Beer District, que, según Antonio Carriço se materializará en un evento capaz de asegurar a Marvila como el punto de referencia para la cerveza artesanal en Lisboa. Hay ideas sobre la mesa y mucha voluntad para la concreción.