Creciendo y ofreciendo novedades. Este mes ampliamos la carta de nuestras secciones: ¿Qué valorarías en un buen café? ¿Cómo reconocer a un buen barista o un producto de calidad? Ahora también incluiremos la magia de esta bebida con nuestro experto en café, Alfred Cortés.
Parece que es lento pero seguro. Algo poco a poco se está moviendo entorno al café en la hostelería y como ocurre en la mayoría de los casos, es el consumidor el que está haciendo de resorte para que la calidad del producto que se sirve en las cafeterías y restaurantes sea mayor. Cada vez más, escucho comentarios como “en aquel sitio el café es horrible” o “no vayamos a tal lugar que sirven un café imbebible”.
En muchas de las ocasiones, la causa de que ese café sea efectivamente malo es por la calidad del producto en sí… pero también sucede muy a menudo que el problema es el no saber hacer un buen café. No se sabe calentar bien la leche, hacer un cappuccino etc. Básicamente es un problema de formación.
No ha existido hasta ahora en España una verdadera concienciación sobre la importancia que tiene la formación del personal que realiza el café en el establecimiento, ni siquiera en aquellos lugares donde el café es su principal negocio. Uno ve verdaderos despropósitos tras una barra. En la mayoría de los casos, cuando el propietario o gerente del establecimiento pone a una persona nueva a hacer cafés, con suerte, le habrá explicado cómo funciona la cafetera y dónde se guarda el producto….salvo raras excepciones, es la única formación que va a recibir, sea por lo poco que le importa al responsable del establecimiento, sea por el propio desconocimiento que de la materia tiene él mismo.
En algunos casos, el proveedor del café puede hacer algún curso de formación cuando inicia la relación comercial con el cliente, pero raras veces dicho curso supera la media hora, se hace casi siempre en el mismo local mientras se está atendiendo a los clientes y naturalmente más allá de alguna noción, no se aprende nada. Imaginaos que nos enseñaran a conducir aprovechando que estamos parados en un semáforo… pues es así más o menos el resultado de estas formaciones. Pero por desgracia, la mayoría de tostadores ni eso hacen.
Algunas de las mayores empresas cafeteras abrieron en sus sedes un aula de formación o Training Center. En casi todos los casos, no pasaba de ser una simple acción de marketing ya que, en la realidad, solo disponían de un formador para toda España y solo los clientes que tenían en la zona cercana a la sede podían acudir a ella. En muchos casos, estas supuestas aulas ya han desaparecido.
Cuando en un local hay un verdadero barista con la formación adecuada, que realiza los cafés con la profesionalidad y la pasión necesaria, enseguida el cliente se da cuenta y ese establecimiento pronto consigue la fama de hacer buen café, con lo que aumenta considerablemente la venta. Hay que recordar que en muchos locales de hostelería el café es, sin duda, uno de sus productos clave y aumentar un porcentaje de venta del mismo supone unos ingresos extra considerables. Si el consumidor elige esa cafetería porque hacen un buen café, repercutirá también en aumento en la partida de desayunos, zumos, bollería, tostada… la facturación del local aumentará y la satisfacción del cliente también.
Un buen barista podrá preparar no solo excelentes cafés y cappuccinos, sino que podrá ampliar el abanico de la oferta con distintos combinados que no sólo podrán fidelizar a la clientela y diferenciarse de la competencia sino también aumentar el ticket medio de caja.
En el mundo de los licores ya parece que nadie duda que tener un buen barman en la barra hará aumentar la venta de las copas, combinados, cócteles… hemos visto cómo muchos establecimientos han apostado por incorporar a su barra a verdaderos profesionales bien formados, ya sea por cuenta propia o a través de las empresas de bebidas, que han visto en la formación del personal una de las claves para que sus productos se vendan más.
En el mundo del café existe una gran oportunidad para todos aquellos que apuesten por la calidad del producto final y por la formación de su personal. Invertir en un buen café, al fin y al cabo la diferencia entre comprar un mal café a uno de buena calidad italiano no son más de 5 céntimos por taza y hacer que el personal tenga las capacidades necesarias es la clave para que nuestro local sea un referente y verdaderamente un negocio rentable.
Por Alfred Cortés