La excentricidad, el espíritu cosmopolita y la efervescencia que guarda cada rincón de Londres llegan a España a través de Beefeater Spirit of London. Una edición limitada que rinde homenaje al lugar que vió nacer a la ginebra Beefeater, y donde hoy en día se sigue destilando bajo la cuidadosa mirada de Desmond Payne.
Beefeater Spirit of London, edición limitada, mezcla el patriotismo con el estilo más transgesor y una pizca de excentricidad Esto le permitecaptar el espíritu del Londres más actual, al tiempo que pone de relieve la condición de la marca como la ginebra más premiada del mundo.
Su diseño llamativo y envolvente con la bandera de la Union Jack, la convierten en el centro de atención de lineales y locales. La tradicional silueta recortada de los guardianes de la torre de Londres (mundialmente conocidos como Beefeaters) ocupa un lugar de honor en la etiqueta, posicionándose como el icono de la Dry Gin londinense más vendida.
El diseño de la botella también muestra a una de las figuras más transgresoras de los visuales de Beefeater: la de Justin O’Shea. Un contraste de “yeoman” que refleja que la marca es tanto un icono londinense moderno como una marca con orígenes genuinos y un gran legado.
La edición limitada contendrá la misma fórmula tradicional premiada que la de Beefeater London Dry con una graduación del 40º, en las principales cadenas y al mismo precio que la tradicional.
Spirits: Del Mito a la Ciencia
Del mito a la ciencia
Un artículo de José Peñascal
El alcohol era, hace miles de años, una ciencia inexplicable; relacionada habitualmente con la magia, los dioses o la alquimia más pura. A lo largo de diferentes civilizaciones que han existido podemos apreciar como ese elemento, fruto primitivo de la levadura, ha ido evolucionando hasta tomar diferentes sabores, aromas y procesos para su elaboración.
Si bien, en la actualidad conocemos que de una fermentación, gracias a la acción de la levadura, podemos obtener etanol (y CO2). En la antigüedad no se tenía tal conocimiento y, debido al carácter misterioso del producto, era relacionado como todo lo que no se podía explicar por el ser humano, es decir, lo divino.
Las primeras referencias en torno a la aparición de alcoholes la tenemos en China alrededor del 7000 a.C. La evidencia son unas vasijas en las que se han encontrado muestras de algún tipo de bebida alcohólica (fermentación básica) en la India entre los años 3000-2000 a.C. ya que, durante esa época, existía una bebida llamada Sura, fermentada de arroz.
En Occidente y Oriente Medio el desarrollo de las bebidas fermentadas iba ligado íntimamente a los dioses, el culto y la celebración. Así, en torno al 4000 a.C. los Sumerios adoraban a Ninkasi, diosa de la cerveza primitiva llamada “Ululu”. Por esa fecha los Egipcios tenían una especie de cerveza que endulzaban (ayudando a la fermentación) con dátiles y cuyo origen atribuían al dios Osiris; incluso en la cultura babilónica existían referencias al consumo de cerveza.
En 2000 a.C. la referencia y profesionalización de técnicas de fermentación hicieron posible la fama del vino griego cuya deidad vinculada era Dionisio, y se cree que ese mismo dios tuvo su adaptación romana con Baco, ambos representados con racimos de uvas como pelo, con forma de sátiro o con síntomas de embriaguez montando un asno.
Pero un punto y aparte en este mundo es el Siglo I d.C gracias a los romanos y su Ámbix (palabra que será la semilla del origen etimológico árabe de “Al-Ambik”). El Ámbix no era más que el primer método de destilación tapado, básicamente consistía en una tapa (Ámbix) que al condensar el alcohol evaporado de una olla, se sacudía sobre un recipiente consiguiendo así una forma básica de alcohol concentrado.
Años más tarde, en el Egipto Tardorromano (entre los años 284-476 d.C) los árabes, que por aquel entonces veneraban la poesía, el vino y la guerra; aprenden la técnica romana (ya expandida) de destilar y la perfeccionan creando el Alambique, más parecido a lo que vemos a día de hoy en una destilería, aunque ese nombre no le llegará hasta 800 años más tarde. Es la cultura pre-islámica árabe la que, en el futuro, dará nombre a ese producto; Al-khul, siendo el determinante “Al” (“El”) y la palabra “khul” que hacía referencia a un polvo de antimonio que las mujeres usaban para pintarse los ojos en prevención de diversas enfermedades. Básicamente la relación es que el polvo de antimonio era indivisible y el “humo” del alambique también, llegando a nombrarse así y otorgándole un aspecto místico a este “humo” (alcohol en estado gaseoso) al compararlo con un “espíritu” que si te poseía hacía que no fueses consciente de tus actos. Obviamente te poseía si lo bebías, de ahí el actual nombre “espirituosos”.
Precisamente esta cultura del mundo árabe cambiará con la aparición del profeta Mahoma y el Islam, prohibiendo el Jamr (vino) sucesivamente a lo largo de los años hasta prácticamente su extinción. Pero ese testigo de destilación, debido principalmente a la invasión árabe, llegará a la península ibérica y de ahí al resto de Europa, mejorando así los métodos ya conocidos para la creación de alcoholes.
En el año 1280 d.C el médico Arnau de Villanova, “descubre” el alcohol y lo tipifica, incluso lo nombra debido a su etimología y haciendo honor a quienes lo perfeccionaron, los árabes. De esta forma surgen palabras como Alcohol, Alambique, Aquitara, etc…
Años más tarde, ya avanzadas diversas bebidas por todo el mundo, en 1789 d.C, el químico francés Lavoisier halla la fórmula del Etanol y la explicación científica de la fermentación alcohólica.
En torno al 1900 d.C el químico ruso Mendeléyev (autor de la tabla periódica) estipulará que las bebidas de graduación superior deben tener 40º para que mantengan nuestro cuerpo caliente y al mismo tiempo permitan ser saboreadas (ya que una mayor graduación nos mantendría más caliente provocando una reacción exotérmica en nuestro cuerpo, aunque apreciaríamos menos su sabor, y viceversa).
A lo largo del mundo conocido diversas culturas han experimentado de diferentes maneras la creación de alcoholes, conscientes o no del proceso de fermentación se han creado bebidas que han marcado culturas, guerras, civilizaciones y creencias. Desde el Aqua Vitae gaélico, el Ululo sumerio o el Jamr árabe y pasando por culturas precolombinas como el Pulque azteca (base del actual mezcal).
Gracias a esta evolución histórica de casi 10000 años podemos decir que el alcohol, siempre ha sido y será, aquella sustancia alquímica que tiene algo de misticismo y ciencia.
Un robot que prepara cócteles
Estudiantes con su robot ‘UrCocktail’
Es difícil imaginarse un futuro no muy lejano en el que te dirijas a una barra y no sea un bartender de carne y hueso quien vaya a atender tus preferencias. No obstante, dos estudiantes españoles ya han unido sus brillantes conocimientos sobre robótica con su interés por el mundo de la coctelería.
Pertenecen a la facultad de Ingeniería Industrial de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche y han diseñado un robot, llamado «UrCocktail», que prepara cócteles automáticamente y que está pensado para su uso profesional en bares, hoteles y restaurantes.
El sistema se complementa con una aplicación, a modo de recetario, en la que el usuario elige el cóctel a realizar, según un comunicado de la institución académica.
Emilio López Juárez y Juan Carlos Blay Torregrosa, integrantes del equipo de «UrCocktail», fueron los ganadores del concurso de la UMH de Software Libre, en la modalidad de StartUp, que premia al mejor trabajo que está relacionado con la creación de empresas basadas en software o hadware libre.
Los dos alumnos comenzaron el proyecto gracias al trabajo que tenían que llevar a cabo para la asignatura Sistemas Informáticos Industriales, de 5º curso de Ingeniería Industrial.
Según los creadores de este robot, «UrCocktail» aporta la innovación de las electro-válvulas, que posibilita calibrar exactamente la cantidad que se quiere del ingrediente en el recipiente.
Otra de las novedades que ofrece es que puede realizar hasta cincuenta tipos distintos de cócteles.
Fuentes de la UMH han destacado que el robot permite integrar dieciséis ingredientes diferentes.
Para la elaboración de los cócteles, el usuario debe seleccionar el tipo de bebida que quiere en el ordenador de «UrCocktail».
Una vez elegido, el robot tarda en preparar la bebida entre 30 y 40 segundos. En concreto, según la UMH, si es un cóctel que tiene muchos ingredientes, 7 u 8 segundos, mientras que si es uno de 3 o 4 ingredientes, entre 10 y 15 segundos.
«El proyecto está pensado para que lo pueda usar cualquier persona, sin tener ningún conocimiento técnico», ha explicado Blay Torregrosa.
Los alumnos de la UMH califican su proyecto de ‘low-cost’, pues ha sido fabricado con materiales reciclados y otros de bajo coste.
Ambos estudiantes han manifestado su deseo de mejorar la máquina -hacerla más compacta y atractiva visualmente- y pretenden financiarla a través de crowfunding.
Devil Smile
Devil Smile by Víctor Méndez Rodriguez
RECETA
1 terrón de azúcar moreno
1 dátil
1 guinda de cereza en almíbar
crusta o rimelado de un mix en la copa de brandy de mostaza y miel borde copa
1 benjamín de champagne
1,5cl de brandy
2 dash de aceite de oliva con pimentón picante
3 dash de sirope de fresa
TIPO DE COPA: copa de champagne baja y ancha
PREPARACIÓN
Sobre la copa poner un terrón de azúcar moreno, preparar un pincho de dátil y guinda o cereza en almíbar, preparar el borde de la copa con el mix de miel y mostaza para la decoración. Añadir el brandy y el champagne frio casi a un dedo de la copa, en el centro verter 2 gotas del mix de aceite con pimentón picante y las gotas de sirope de fresa.
El decálogo del bartender
El “Decálogo del Barman” fue escrito en el año 1954 por el Sr. Santiago Policastro reconocido como el “Barman Galante” pero sus amigos le decían cariñosamente “Pichín“. Fue una de las más grandes personalidades del bartending, mundialmente reconocido y fomentó la creación del IBA (International Bartending Asociation) en 1951 y fue varias veces campeón mundial.
Beneficios de un consumo responsable
Consumo responsable
Es fin de semana y queremos que disfrutéis pero, como siempre, también os recomendamos que optéis por un consumo responsable.
A modo de recordatorio, hoy os contamos que los efectos que tiene el consumo moderado alcohol pueden tener consecuencias beneficiosas en nuestro cuerpo. Gracias a los estudios realizados por FEBE, Federación Española de Bebidas Espirituales, os detallamos cuáles son esos efectos, tanto positivos como negativos, para conocer un poquito más los productos que consumimos.
Efectos beneficiosos:
Los beneficios cardiovasculares del consumo moderado de alcohol están fundamentalmente ligados:
A un efecto beneficioso arteriosclerótico. Los mecanismos por los que el consumo moderado de alcohol ejerce su papel protector, no son totalmente conocidos, pero según las evidencias actuales parece que estos efectos están unidos a la acción del alcohol sobre las lipoproteínas plasmáticas aumentando el llamado ‘colesterol bueno’ unido a las lipoproteínas de alta densidad (HDL) y disminuyendo el unido a las de baja densidad (LDL) o ‘colesterol malo’ como popularmente se conoce.
Esta acción se traduciría en que las arterias en vez de irse poniendo cada vez más rígidas a medida que se va depositando el colesterol en los vasos, permanecerían flexible
A su efecto antiagregante. Uno de los mecanismos de protección cardiovascular está relacionado con la coagulación sanguínea, de tal forma que parece que el alcohol reduce la agregación plaquetaria, retrasando la coagulación sanguínea y la formación de trombos. Es decir, la sangre permanece fluida y puede circular fácilmente por los vasos sanguíneos.
Efectos perjudiciales:
No obstante, un consumo no responsable de alcohol puede provocar dependencia en algunas personas, y hay ocasiones en las que el consumo se debe evitar por completo, como es el caso de la conducción, el embarazo o cuando se están tomando ciertos medicamentos. Beber en exceso o la dependencia del alcohol pueden acarrear numerosos problemas sociales y médicos tales como:
Daños al hígado, el corazón o el cerebro.
Problemas estomacales.
Presión arterial alta.
Flujo de sangre reducido, lo que afecta a las relaciones sexuales.
Comportamiento sexual inseguro.
Relaciones estresantes.
Desatención y absentismo en el entorno laboral.
Aumento en la posibilidad de desarrollar cáncer de mama.
Informarse, educarse y responsabilizarse en el consumo de alcohol le puede ayudar a llevar una vida más saludable. El apartado siguiente le proporcionará abundante información de cómo realizar un consumo responsable de bebidas alcohólicas.
Efectos perjudiciales del abuso de alcohol a corto plazo:
Intoxicación alcohólica.
Es lo que se conoce como borrachera. Se produce como consecuencia de una ingesta abusiva en un breve espacio de tiempo.
Niveles de riesgo
Aunque el consumo de bebidas alcohólicas afecta de forma distinta a cada persona, siempre podemos observar algunas señales que pueden indicarnos si una persona se encuentra bajo los efectos de un consumo excesivo, e incluso darnos una orientación sobre su nivel de alcoholemia.
Cualquier consumo, por mínimo que sea, afecta a nuestro organismo. Un contenido de 0,15g/l de alcohol en sangre ya se produce una pérdida de reflejos que incrementa el riesgo de sufrir un accidente.
Con un contenido de 0,5g/l de alcohol en sangre, se producen alteraciones leves en la conducta (euforia, reducción de reflejos, etc.).
Con una tasa de 0,8 g/l la persona se encontrará desorientada y no será capaz de coordinar sus movimientos correctamente. A partir de 4g/l puede producirse un coma etílico.
Efectos perjudiciales a largo plazo:
Dependencia
Se manifiesta por la presencia de conductas que demuestran la necesidad de consumir bebidas alcohólicas, con dificultad para controlar su consumo, lo que implica tanto la dificultad de controlar el ansia de beber como la incapacidad de parar de hacerlo una vez se ha empezado. La dependencia se produce como consecuencia del consumo abusivo durante cierto tiempo. Su consecuencia más clara es el síndrome de abstinencia.
Síndrome de abstinencia
Es el conjunto de reacciones físicas o corporales que ocurren cuando una persona con dependencia a las bebidas alcohólicas deja de consumirlas. Aunque los síntomas (nauseas, agitación, gestos repetitivos, taquicardia, hipertensión, dolor de cabeza, insomnio, ansiedad, depresión irritabilidad, sudoración, desorientación, alteraciones de la memoria, etc.) varían en forma e intensidad de acuerdo con el tiempo que lleva desarrollándose la dependencia, en todos los casos se deben a que se ha alterado el funcionamiento normal del sistema nervioso.
Tolerancia
La tolerancia a las bebidas alcohólicas se produce cuando, como resultado de su consumo abusivo, el sujeto presenta menor sensibilidad a ellas. Así, la ingesta habitual produce menos efectos, con lo que se necesitan cantidades más altas para producir los mismos efectos.
Enfermedades
Algunos trastornos y enfermedades como taquicardias, hipertensión, cirrosis, etc. pueden aparecer en las personas que abusan del alcohol durante
El pasado de la cerveza (II).
El pasado de la cerveza (II)
Hemos visto en el anterior número que la cerveza lleva con nosotros miles de años y que ha tenido una gran importancia. Cada día surgen nuevos hallazgos que lo corroboran. Sin ir más lejos, el pasado enero, se descubrió en Luxor (Egipto) la tumba de Jusum-Im-Heb, maestro cervecero que vivió hace unos 3.000 años en el Antiguo Egipto. Gracias a ella y debido a su estructura, propia de enterramientos de gentes de clases privilegiadas, se demuestra la importancia en esa época de esta bebida de cereales fermentados.
Pero ya hablamos de Mesopotamia, Egipto, Grecia o Roma. Sigamos pues con la importancia de la cerveza en tiempos posteriores.
Los habitantes de Europa comenzaron a elaborar nuestro líquido protagonista con grano de cereal aproximadamente sobre el 1000 a.C., según las antiguas epopeyas y viejos mitos. Así que antes, durante y tras el Imperio Romano, los diferentes pueblos europeos ya disfrutaban de aquél. Alemanes, Suevos, Bávaros o Sajones, por ejemplo, en Centro-Europa, Galos, Celtas e Íberos en el sur , o las tribus nórdicas (Daneses, Noruegos o Suecos), dominaban el arte de fabricar cerveza, con mayor o menor calidad. Se dice que Galos y centroeuropeos eran unos auténticos maestros.
En el norte de Europa esta bebida era conocida como “Öl”, que es la raíz de la palabra actual “Ale”, que se usa para referirse a un tipo de cerveza de alta fermentación. Posiblemente los Sajones la introdujeron en Gran Bretaña y ahí surgió la actual “Ale”.
Para las clases altas de Roma esas bebidas bárbaras eran indignas, por tanto, ellos seguían consumiendo su adorado vino. Pero hay constancia de que a pesar de ello, los romanos que ocuparon zonas de la actual Alemania, construyeron instalaciones para elaborar cerveza, como demuestran los restos encontrados en 1983 cerca de la ciudad bávara de Regensburg a orillas del Danubio. Estos restos, muy bien conservados, pertenecen al siglo II o III d. C., y son parte de un asentamiento fortificado en el que al parecer había diferentes tipos de artesanos.
Pero en aquellos años no le fue fácil a la cerveza continuar con la buena fama que había tenido tiempo atrás. Ya hemos visto que los romanos más influyentes no la aceptaban demasiado y los griegos tampoco fueron grandes bebedores del néctar de grano, aunque le tenían algo más de aprecio. Y esta mala reputación la acompañó en los textos de algunos eruditos (no así en las costumbres del pueblo llano y en los textos de otros sabios) hasta la Edad Media. Comentar por ejemplo las palabras que por el año 1.256 de nuestra era decía sobre la cerveza Aldobrandino de Siena (médico de la corte de Beatriz de Provenza, experto en higiene y dietética) : “…A pesar de lo que esté hecha, ya sea de avena, cebada o trigo, daña la cabeza y el estómago, causa mal aliento y destruye los dientes, llena el estómago de malos gases, y como consecuencia de todo ello, todo aquel que lo beba junto con el vino se emborrachará rápidamente; pero tiene la propiedad de facilitar la orina y hace que la piel esté blanca y suave…”.
Volviendo un poco atrás cabe decir que no fue hasta Carlomagno (siglo VIII) que se oficializó de manera generalizada la forma en la que se había de elaborar cerveza. Este Emperador organizó su territorio en unas especie de Ciudades-Estado que tenían de todo, incluyendo cerveceras, pues era un gran aficionado a la cerveza. Promulgó además algo así como unas ordenanzas económicas, llamadas “Capitulare Caroli Magni de Villis”, que servían para que esas ciudades desarrollaran ordenadamente sus actividades; regulaba incluso aspectos relacionados con la elaboración de la cerveza por parte de los maestros cerveceros y la venta de ésta por parte de los comerciantes.
Hasta el siglo IX, nuestra malteada bebida se elaboraba sin la adicción del lúpulo (“Humulus lupulus”). En los siglos previos se preparaba con una mezcla de hierbas (en cada zona tenían las suyas propias: mirto, melisa, borrajas, saúco, etc.) llamada “Gruit”. Se conseguía más o menos el mismo efecto que posteriormente con el lúpulo: aromatizar, equilibrar el dulzor de la malta y estabilizar la bebida en general.
La popularidad del “Gruit” hizo que incluso se regulara de manera específica lo referente a él en algunos escritos centro-europeos previos a la Ley de Pureza de la Cerveza de 1516: los Grutechte (también conocidos internacionalmente como Gruit Rights); eran una especie de decretos que conferían privilegios para hacer y vender “Gruit” para elaborar cerveza. Fuera de la ciudades, de estos decretos que otorgaban privilegios sobre los procesos de la cerveza y el “Gruit”, se beneficiaban los nobles en sus territorios, las iglesias y los monasterios.
Estos monasterios tuvieron gran importancia en el desarrollo de la cerveza en la Edad Media. La expansión del cristianismo por toda Europa había hecho proliferar monasterios por todos los territorios de norte a sur y extendió el consumo de cerveza en todos ellos. Ya en albergues y hospitales regentados por religiosos o cristianos devotos se ofrecía cerveza a los enfermos o a los peregrinos, pues se la consideraba un complemento alimenticio importante y un remedio para curar lombrices intestinales e inflamaciones.
Y en esos monasterios cristianos nacerá la mejor cerveza, pues los monjes tenían el tiempo necesario para dedicarse por completo a la fabricación de la dicha bebida. Y es dentro de los muros de una Abadía donde se dejó constancia por primera vez del uso del lúpulo como ingrediente de la cerveza. Fue hacia el año 1153 (1150 según otros autores) cuando la Abadesa de Eibingen –Alemania – , Hildegarde von Bingen (luego conocida como Santa Hildegarda, y reconocida como filósofa, visionaria y profetisa, muy apreciada por toda la Comunidad Cristina) escribió en su obra “Physica Sacra” acerca de poner lúpulo a la cerveza: “…seine Bitterkeit verhindert die Fäulnis…” (… su amargor retarda su putrefacción…). Hablaba de las bondades del lúpulo y su acción beneficiosa par la salud. Y tenía que tener algo de razón, porque bebió cerveza hasta sus últimos días y vivió 81 años, algo muy poco frecuente en la época (¿milagro cervecero?).
Pero el lúpulo no es que fuera algo nuevo, porque hay constancia escrita de que ya entre el s. VIII y IX se cultivaba en amplias regiones de la actual Alemania. De hecho, antes de usarse para la cerveza, se usaba como remedio medicinal, pues algunos de sus compuestos se decía que actuaban como bactericida; incluso se usaba para los nervios o como laxante.
La extensión del “Humulus Lupulus” fue rápida, ya que su cultivo era más barato que el de las hierbas para el “Gruit”. Mucha gente lo cultivaba incluso en sus jardines.
Pronto pues, el lúpulo pasa a formar parte de la incipiente industria cervecera. Ya incluso entre los siglos XII y XIII se exporta desde el norte de Alemania la cerveza hecha con lúpulo a Flandes (Bélgica) y Holanda. Un ejemplo son la cerveceras de Hansa.
Además de estas zonas, también este tipo de cerveza con lúpulo comienza a ser consumida en la región de Brabante (Ducado entre Países Bajos y Bélgica) y en el siglo XV llega incluso a Inglaterra.
Vemos pues que la industria de la cerveza durante la Edad Media tiene un auge en dos ámbitos diferenciados: Monasterios (Agustinos, Benedictinos y Trapenses sobre todo), con cervezas hechas con mucho mimo y paciencia y buenos ingredientes que producían en los propios monasterios, consiguiendo así unas cervezas de gran calidad que han llegado hasta nuestros días (Cervezas de Abadía). Y empresas de cerveza creadas en las ciudades, constituidas como industria, con un mayor enfoque a la venta y por tanto, no siempre elaboradas con los mejores ingredientes ni con el tiempo y cariño necesarios, a pesar de su naturaleza artesanal.
Hubo a lo largo del Medievo numerosas y diferentes leyes y decretos, sobre todo en las regiones alemanas, que incluso recogían tasas sobre la cerveza, y por supuesto, privilegios para nobles y monjes.
Pero la mejor cerveza de los monjes creaba envidia en los nobles, que legislaban para favorecer su propia cerveza, creando factorías modernas en relación a las de los monasterios. Ello favoreció los controles de calidad y que la cerveza fuera mejorando en general.
Se multiplicaron las empresas elaboradoras de cerveza y hubo tal frenesí alrededor de todo lo que significaba la cerveza, sobre todo en la actual Alemania, que para evitar problemas, intervino un Rey aficionado a esta bebida para poder controlarlo todo: ingredientes, elaboración, venta, distribución, etc. Era el rey Guillermo IV, impulsor de la Ley de Pureza de la Cerveza de 1516, redactaba en Bavaria, conocida como la “Reinheitsgebot” y heredera de las leyes que en estos temas redactara antes Carlomagno.
Reseñar que en España también tiene su historia la cerveza, por supuesto, pero creemos más oportuno dedicarle un capítulo especial en otro número, más adelante, para además de ver su historia pasada, hablar de su pasado reciente y su futuro.
En próximos números seguiremos viendo la
evolución de la cerveza y otros aspectos de esta interesante industria que tanta influencia tiene últimamente en nuestra barras y entre los profesionales de la hostelería, “bartenders” y mixólogos inclusive.
Cursos de barista en Drinksmotion Academy
Todavía estás a tiempo de apuntarte. Sabes por qué es importante saber preparar un buen café?Nuestro experto en esta bebida, Alfred Cortés, os lo puede explicar:
‘Hagamos un buen café’
Parece que es lento pero seguro. Algo poco a poco se está moviendo entorno al café en la hostelería y como ocurre en la mayoría de los casos, es el consumidor el que está haciendo de resorte para que la calidad del producto que se sirve en las cafeterías y restaurantes sea mayor. Cada vez más, escucho comentarios como “en aquel sitio el café es horrible” o “no vayamos a tal lugar que sirven un café imbebible”.
En muchas de las ocasiones, la causa de que ese café sea efectivamente malo es por la calidad del producto en sí… pero también sucede muy a menudo que el problema es el no saber hacer un buen café. No se sabe calentar bien la leche, hacer un cappuccino etc. Básicamente es un problema de formación.
No ha existido hasta ahora en España una verdadera concienciación sobre la importancia que tiene la formación del personal que realiza el café en el establecimiento, ni siquiera en aquellos lugares donde el café es su principal negocio. Uno ve verdaderos despropósitos tras una barra. En la mayoría de los casos, cuando el propietario o gerente del establecimiento pone a una persona nueva a hacer cafés, con suerte, le habrá explicado cómo funciona la cafetera y dónde se guarda el producto….salvo raras excepciones, es la única formación que va a recibir, sea por lo poco que le importa al responsable del establecimiento, sea por el propio desconocimiento que de la materia tiene él mismo.
En algunos casos, el proveedor del café puede hacer algún curso de formación cuando inicia la relación comercial con el cliente, pero raras veces dicho curso supera la media hora, se hace casi siempre en el mismo local mientras se está atendiendo a los clientes y naturalmente más allá de alguna noción, no se aprende nada. Imaginaos que nos enseñaran a conducir aprovechando que estamos parados en un semáforo… pues es así más o menos el resultado de estas formaciones. Pero por desgracia, la mayoría de tostadores ni eso hacen.
Algunas de las mayores empresas cafeteras abrieron en sus sedes un aula de formación o Training Center. En casi todos los casos, no pasaba de ser una simple acción de marketing ya que, en la realidad, solo disponían de un formador para toda España y solo los clientes que tenían en la zona cercana a la sede podían acudir a ella. En muchos casos, estas supuestas aulas ya han desaparecido.
Cuando en un local hay un verdadero barista con la formación adecuada, que realiza los cafés con la profesionalidad y la pasión necesaria, enseguida el cliente se da cuenta y ese establecimiento pronto consigue la fama de hacer buen café, con lo que aumenta considerablemente la venta. Hay que recordar que en muchos locales de hostelería el café es, sin duda, uno de sus productos clave y aumentar un porcentaje de venta del mismo supone unos ingresos extra considerables. Si el consumidor elige esa cafetería porque hacen un buen café, repercutirá también en aumento en la partida de desayunos, zumos, bollería, tostada… la facturación del local aumentará y la satisfacción del cliente también.
Un buen barista podrá preparar no solo excelentes cafés y cappuccinos, sino que podrá ampliar el abanico de la oferta con distintos combinados que no sólo podrán fidelizar a la clientela y diferenciarse de la competencia sino también aumentar el ticket medio de caja.
En el mundo de los licores ya parece que nadie duda que tener un buen barman en la barra hará aumentar la venta de las copas, combinados, cócteles… hemos visto cómo muchos establecimientos han apostado por incorporar a su barra a verdaderos profesionales bien formados, ya sea por cuenta propia o a través de las empresas de bebidas, que han visto en la formación del personal una de las claves para que sus productos se vendan más.
En el mundo del café existe una gran oportunidad para todos aquellos que apuesten por la calidad del producto final y por la formación de su personal. Invertir en un buen café, al fin y al cabo la diferencia entre comprar un mal café a uno de buena calidad italiano no son más de 5 céntimos por taza y hacer que el personal tenga las capacidades necesarias es la clave para que nuestro local sea un referente y verdaderamente un negocio rentable.
Por Alfred Cortés
‘NEGRONI’ Cocktail Bar
Coctelería Negroni
Rincón oscuro y elegante, cuatro paredes que, entre blanco, rojo y negro, evocan los colores del Negroni, este famoso cóctel florentino que da nombre a este local de Barcelona.
Presenta un diseño minimalista, conceptos simples y formas sencillas. Nada más entrar encontramos los detalles de la receta del Negroni decorando la pared roja del fondo, una composición bien conocida (1/3 de London Dry Gin, 1/3 de Bitter Campari, 1/3 de Vermut Rosso); uno tiene la impresión inmediata de estar en un lugar donde saben muy bien lo que hacen.
Al dirigirnos a la barra, grabada con el mito de Paris y Helena por un artista griego, el barman y co-propietario Daniel Gómez nos saluda con un “qué les puedo ofrecer”. Por supuesto, en honor al nombre y por la curiosidad que suscita, lo primero que nos viene a la cabeza es “Negroni”. Aquí empieza el ritual y la química dentro de la coctelera, el vaso mezclador, un cuchillo mondador… Es imposible dejar de observar al hombre vestido de un negro impoluto, sobre todo para los neófitos. Incluso los clientes que ya han echado sus horas sentados a la barra, se quedan ensimismados observando de nuevo el proceso. Ocurre otra vez, es la magia de la mixología que sólo puede surgir en un auténtico cockatil-bar. Al acabar, el barman ofrece la bebida, servida en un Old-fashioned y para entonces tú ya te has creado bastantes expectativas. Y aunque el experto que nos atiende espera una respuesta o una consigna que le indique si hay algo que deba modificar, no hay nada que reclamar.
La coctelería Negroni está situada en el bullicioso Raval, uno de los barrios de mayor intercambio cultural y de ocio de Barcelona. En cuanto a hostelería, está lleno de lugares con tanto encanto como éste.
Definitivamente, Negroni es un espacio para adultos, para largas e intensas conversaciones nocturnas, para los que saben lo que quieren o, al menos, para aquellos que saben dejarse llevar por la persona que hay detrás de la barra, quien canaliza sus gustos y preferencias con la maestría del más preparado bartender. Entre su oferta de coctelería, están descartadas la flair y la tiki porque ellos sólo trabajan con una carta clásica, su marca es la sobriedad de la escuela antigua.
Todo en esta coctelería parece pensado para gustos clásicos y placeres sencillos. De fondo escuchas algún tema de Jazz en base de un clásico saxofonista como Charlie Parker; recoges tu copa, te sientas en alguno de los sillones tapizados en piel negra y entablas una conversación con tus compañeros de turno; paralelamente, saboreas el cóctel que has elegido, siendo consciente que ha sido elaborado únicamente para ti. Como dice Eduard Campos, otro de sus bartenders, es entonces cuando entras de pleno en la “burbuja” Negroni, aislada del movimiento de la ciudad, sin tele, sin Wi-Fi, apostando por la relación real entre personas.
Este coktail-bar abrió sus puertas en 2004 y desde el principio han ofrecido los combinados más clásicos con una presentación, calidad y buen gusto indiscutibles. Son éstas las características que han convertido a Negroni en una de las coctelerías de mayor referencia en la ciudad condal.
Sus mismos propietarios, Daniel Gómez y Javier Cejas han apostado siempre por el trato directo con los clientes. Trabajan al servicio de la intuición y la experiencia para ofrecer un “cóctel a medidas que invita a la sorpresa e, incluso, a la revelación”.
Negroni Cocktail Bar
c/ Joaquín Costa, 46
Lunes a jueves y domingo: 19:00 a 02:30
Viernes y sábado: 19:00 a 03:00
info@negronicocktailbar.com
Javier Deorador, bartender
Javier Deorador, bartender
Javier Deorador, es bartenderen Ateneo Restaurant Bar & Club, situado en el barrio de Las Letras de Madrid, pero también ha organizado las coctelerías de otros dos locales que posee el mismo grupo: Martinete y Casa Mono, donde completó su proceso de especialización en coctelería. Se presentó por primera vez a la World Class Nacional en la segunda ronda del año 2013 y en las dos rondas del 2014. Finalmente fue seleccionado como semifinalista de la zona centro en las tres ocasiones. El primer cóctel que realizó para la competición fue Origami, un sour con Ketel One infusionado en Té Sencha, amaretto, zumo de lima y litchi, ambientado en la cultura japonesa.
¿Cómo empezaste en el mundo de la coctelería?
Me gustaba mucho el trato con el público y me encantaba poner copas, luego fui aprendiendo más de la coctelería y me quedé enganchado a esto. Mezclar diferentes bebidas y diferentes elementos y ver cómo encajaban entre sí en una misma copa era una experiencia para el paladar.
¿Qué significado tiene el cóctel para ti?
Es una experiencia a los sentidos, una historia que te cuenta un bartender y que tú tienes que interpretar y sentir. Todo gran cóctel tiene una gran historia detrás.
¿Quiénes son tus mentores, tus influencias?
Empecé aprendiendo de los libros y de la web, contrastando si esa era la receta original para poder aprenderla. Luego aprendí muchísimo de la mano de Jesús de los Mozos, quientuvo mucha paciencia ante todas las preguntas que tenía. En el Bar Master Reserve aprendí mucho de Fermin Román, Javier Pulido y Diego Pinza.
¿Qué piensas sobre la actual situación del cóctel en el mundo?
En las redes sociales tengo contacto con Bartenders de todo el mundo y no hago más que sorprenderme con lo que da de sí la coctelería. Es un mundo sin límites que está al mismo nivel que la Gastronomía. Y esto va a más.
¿Y la situación de éste en tu país?
Tengo la suerte de estar viviendo el auge de la coctelería en España, da gusto que la gente quiera probar cosas nuevas alejadas de su, siempre querido, cubata. Me encanta ver cómo la gente prueba un cóctel clásico o moderno y dice: ¡Esto está buenísimo! Están empezando a disfrutar de la coctelería al igual que disfrutan desde hace años de la gastronomía espectacular que tenemos en el Mediterráneo.
¿Hacia dónde se dirige el cóctel? ¿Cuáles crees que van a ser las tendencias?
Al menos en España, la coctelería debe asentarse todavía y llegar a ser un habitual. Soy de los que cree que la coctelería clásica debe ser la base para llegar más lejos. Eso sí, siempre añadiendo el toque personal de cada bartender. El futuro lo marca un mismo cliente que prueba un Dry Martini en tu bar y al día siguiente te pide que lo hagas como tú quieras. Sorprender a las personas con nuevas técnicas como la coctelería molecular, infusionados, cócteles añejados etc., eso es un plus al trabajo del día a día con tus clientes.
¿Cuáles son tus planes para el futuro?
De momento, seguir siendo partícipe del gran proyecto que estamos haciendo entre todos los que trabajamos para Ateneo, Casa Mono y Martinete. Luego me gustaría aprender de la mano de algún grande y quien sabe, trabajar en el extranjero y conocer mundo, viajar, mi otra gran pasión.
¿Cómo conociste la existencia del concurso de World Class?
Fui conociendo Diageo y ellos me animaron a presentarme y vivir la experiencia World Class y la verdad que no me arrepiento de haberlo hecho. He conocido a grandes amigos y grandes bartenders, y he vivido experiencias inolvidables con ellos.
Respecto a las creaciones que ha presentado en el concurso de la Word Class, ¿podrías describir los otros cócteles presentados?
El segundo fue Athene, otro sour de Ketel One infusionado con miel de Romero, zumo de manza turbia, zumo de Lima y bitter de lavanda, inspirado en la Diosa Atenea y el fuego olímpico.
El último fue Bloody Tiny Tim, un twist del Dry Martini con Tanqueray Ten, vermouth La Quintinye Rouge, naranja sanguina y un bitter de casero de pomelo, Lima, naranja y pétalos de rosa, inspirado en la época colonial de EEUU.
¿Qué destacarías de la experiencia?
Es un no parar de aprender entre todos los que tienen tu misma pasión. Llegas a ser mejor en tu trabajo solo con estar junto a ellos. Coges ideas de uno y de otro, y le das tu visión personal. Así se hacen los grandes trabajos.
¿Cuál es tu cóctel favorito?
El Gin Fizz, uno de los cócteles que cambiaron la coctelería por completo y que sigue siendo uno de los grandes referentes en todos los bares del mundo.
Hagamos un buen café
Un buen café
Creciendo y ofreciendo novedades. Este mes ampliamos la carta de nuestras secciones: ¿Qué valorarías en un buen café? ¿Cómo reconocer a un buen barista o un producto de calidad? Ahora también incluiremos la magia de esta bebida con nuestro experto en café, Alfred Cortés.
Parece que es lento pero seguro. Algo poco a poco se está moviendo entorno al café en la hostelería y como ocurre en la mayoría de los casos, es el consumidor el que está haciendo de resorte para que la calidad del producto que se sirve en las cafeterías y restaurantes sea mayor. Cada vez más, escucho comentarios como “en aquel sitio el café es horrible” o “no vayamos a tal lugar que sirven un café imbebible”.
En muchas de las ocasiones, la causa de que ese café sea efectivamente malo es por la calidad del producto en sí… pero también sucede muy a menudo que el problema es el no saber hacer un buen café. No se sabe calentar bien la leche, hacer un cappuccino etc. Básicamente es un problema de formación.
No ha existido hasta ahora en España una verdadera concienciación sobre la importancia que tiene la formación del personal que realiza el café en el establecimiento, ni siquiera en aquellos lugares donde el café es su principal negocio. Uno ve verdaderos despropósitos tras una barra. En la mayoría de los casos, cuando el propietario o gerente del establecimiento pone a una persona nueva a hacer cafés, con suerte, le habrá explicado cómo funciona la cafetera y dónde se guarda el producto….salvo raras excepciones, es la única formación que va a recibir, sea por lo poco que le importa al responsable del establecimiento, sea por el propio desconocimiento que de la materia tiene él mismo.
En algunos casos, el proveedor del café puede hacer algún curso de formación cuando inicia la relación comercial con el cliente, pero raras veces dicho curso supera la media hora, se hace casi siempre en el mismo local mientras se está atendiendo a los clientes y naturalmente más allá de alguna noción, no se aprende nada. Imaginaos que nos enseñaran a conducir aprovechando que estamos parados en un semáforo… pues es así más o menos el resultado de estas formaciones. Pero por desgracia, la mayoría de tostadores ni eso hacen.
Algunas de las mayores empresas cafeteras abrieron en sus sedes un aula de formación o Training Center. En casi todos los casos, no pasaba de ser una simple acción de marketing ya que, en la realidad, solo disponían de un formador para toda España y solo los clientes que tenían en la zona cercana a la sede podían acudir a ella. En muchos casos, estas supuestas aulas ya han desaparecido.
Cuando en un local hay un verdadero barista con la formación adecuada, que realiza los cafés con la profesionalidad y la pasión necesaria, enseguida el cliente se da cuenta y ese establecimiento pronto consigue la fama de hacer buen café, con lo que aumenta considerablemente la venta. Hay que recordar que en muchos locales de hostelería el café es, sin duda, uno de sus productos clave y aumentar un porcentaje de venta del mismo supone unos ingresos extra considerables. Si el consumidor elige esa cafetería porque hacen un buen café, repercutirá también en aumento en la partida de desayunos, zumos, bollería, tostada… la facturación del local aumentará y la satisfacción del cliente también.
Un buen barista podrá preparar no solo excelentes cafés y cappuccinos, sino que podrá ampliar el abanico de la oferta con distintos combinados que no sólo podrán fidelizar a la clientela y diferenciarse de la competencia sino también aumentar el ticket medio de caja.
En el mundo de los licores ya parece que nadie duda que tener un buen barman en la barra hará aumentar la venta de las copas, combinados, cócteles… hemos visto cómo muchos establecimientos han apostado por incorporar a su barra a verdaderos profesionales bien formados, ya sea por cuenta propia o a través de las empresas de bebidas, que han visto en la formación del personal una de las claves para que sus productos se vendan más.
En el mundo del café existe una gran oportunidad para todos aquellos que apuesten por la calidad del producto final y por la formación de su personal. Invertir en un buen café, al fin y al cabo la diferencia entre comprar un mal café a uno de buena calidad italiano no son más de 5 céntimos por taza y hacer que el personal tenga las capacidades necesarias es la clave para que nuestro local sea un referente y verdaderamente un negocio rentable.
Por Alfred Cortés
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