Durante todo el mes de septiembre el espacio sensorial del ron Premium Zacapa Centenario ofrecerá degustaciones de ron con chocolate, catas maridadas y una carta de cócteles de autor, entre otras propuestas
Paco Roncero, dos estrellas Michelin y tres soles Repsol, ofrecerá en el menú gastronómico de su restaurante algunos guiños al que es considerado el mejor ron del mundo
Tras pasar por algunas de las principales capitales del mundo, como Zurich, Berlín, Milán, Copenhague o México DF, Zacapa Room llegaba por primera vez a Madrid en las navidades de 2012.Desde entonces la capital española ha albergado ya dos ediciones, mientras que en mayo de 2014 se celebraba por primera vez en Barcelona, alcanzando más de 12.000 visitas entre las tres experiencias. Ahora, este espacio sensorial de éxito vuelve a Madrid para deleitar con su magia y sus propuestas a los amantes del que está considerado como el mejor ron del mundo y el único que se encuentra entre las 100 marcas de lujo más prestigiosas a nivel internacional, junto a firmas como Rolls Royce, Hermès o Patek Philippe, según el informe de la World Luxury Association. En esta ocasión ha escogido un marco incomparable, la terraza del Casino de Madrid, en pleno centro de la ciudad.
Ubicado en el número 15 de la calle Alcalá y erigido como un club social privado, el edificio del Casino de Madrid constituye una auténtica obra de arte de la arquitectura modernista y alberga en su interior importantes obras de la pintura y la escultura decimonónicas. Su terraza, situada en el ático, ofrece unas vistas privilegiadas al skyline madrileño; una terraza que en septiembre se abre al público para acoger la tercera edición en Madrid de Zacapa Room.
El prestigioso estudio valenciano CuldeSac, responsable también de la decoración de Zacapa Room en el hotel AlmaBarcelona, será el encargado de trasladar a la urbe la magia de Guatemala, cuna del Ron Zacapa, un “laboratorio creativo” que ha trabajado para prestigiosas marcas de prestigio, como Loewe, Tiffany&Co, LVMH Group, Bentley o Aston Martin, y que cuenta con importantes reconocimientos, como el ADI Compasso d’Oro. el Red Dot Design Award, el Interior Designs Award o el Architectural Digest 2007 a los diseñadores del año.
La magia de Guatemala, cuna del Ron Zacapa, el viaje sensorial de su degustación y, sobretodo, el carácter Premium y artesanal de su elaboración, han inspirado a los diseñadores a la hora de imaginar una decoración cálida y sofisticada. Muebles de madera, mimbre y cuero en los que se combinan antiguos baúles de viajes, piezas coloniales e iconos del diseño actual (como la silla Butterfly de BKF), alfombras y kilims conforman el espacio logrando una atmósfera mágica y absolutamente envolvente. Todo ello salpicado de fotografías originales de la caña de azúcar de la que se extrae Ron Zacapa, su centro de añejamiento ubicado entre volcanes a 2.300 metros de altura, las barricas donde envejece mediante el Sistema de Solera o las mujeres que tejen a mano el petate que envuelve la botella en Guatemala.
DEGUSTACIONES GRATUITAS Y CÓCTELES DE AUTOR
Durante sus cuatro semanas de duración y en horario de 20:00 a 01:00 h., Zacapa Room estará abierto al público para disfrutar de degustaciones gratuitas de Zacapa con chocolate o para asistir a las catas guiadas gratuitas (previa reserva). Además, el espacio dispone de una carta de cócteles de autor para disfrutar de la alta coctelería en un marco excepcional.
MARIDAJES INSÓLITOS POR PACO RONCERO
Para aquellos que deseen adentrarse aún más en el universo Zacapa y disfrutar de Paco Roncero, a las 22:00 h. habrá catas Premium (previo pago) de las tres referencias del ron -Zacapa 23, Zacapa Reserva Limitada y Zacapa XO- maridadas con con las creativas propuestas que el chef ha diseñado especialmente.
Y para completar la experiencia sensorial de Zacapa Room, Roncero ofrecerá algunos guiños a Zacapa tanto en el apetitivo de bienvenida como en el postre del menú degustación de su restaurante La Terraza del Casino (dos estrellas Michelin, tres soles Repsol).
DATOS ÚTILES
Dirección: Calle Alcalá, 15. Madrid.
Fechas: septiembre de 2015.
Horario: de martes a sábado de 20:00 h. a 01:00 h.
Dress Code: para acceder al Casino de Madrid es obligatorio el uso de chaqueta
Coca-Cola Life llega al Reino Unido
Lanzada en 2013 en Chile y Argentina, Coca-Cola Life llega a Reino Unido, se trata de una bebida dietética gasificada de extractos vegetales.
Esta Coca-Cola de suma a la gran familia integrada por Coca-Cola, Coca-Cola Light y Coca-Cola Zero. Es en bajas calorías (36 kcal / 200 mL) y endulzada naturalmente con Stevia y azúcar. La nueva propuesta intenta responder al compromiso de la empresa de ofrecer una amplia gama de productos para cualquier necesidad y gusto, incluyendo opciones bajas y sin calorías.
Coca-Cola Life tiene un perfil de sabor que se distingue en pequeños matices entre el resto de productos de la familia Coca-Cola. De esta forma la gente puede elegir entre las opciones que mejor se ajustan a sus gustos y necesidades. Además, los envases plásticos de Coca-Cola Life se ofrecen en envases PlantBottle, elaborados con hasta un 30% de materiales de origen vegetal, y 100% reciclables.
La Stevia es una planta de la familia del crisantemo nativa de Paraguay. Su hoja es una singular fuente de intenso dulzor natural. Los endulzantes obtenidos a partir de ella son de origen natural y sin calorías.
Coca-Cola Life
Lady Sloane’s
Lady sloane’s cocktail
Hoy te ofrecemos la receta de un cóctel con el gin Sloeane’s. Una bebida que, según sus creadores está «elaborada de forma artesanal con ingredientes botánicos destilados individualmente y cítricos frescos mediante nuestro proceso exclusivo, Sloane’s Gin alcanzó su objetivo al convertirse en la Mejor ginebra del mundo en el San Francisco World Spirit Competition 2011.»
INGREDIENTES:
3cl de ginebra Sloane’s
2cl de zumo de melocotón
1,5 cl de zumo de piña
0,5cl de zumo de naranja
hielo
media rodaja de naranja para decorar.
Se añaden todos los ingredientes en una coctelera con el hielo, una vez dentro se agitan para que se mezclen bien y seguidamente lo colamos en una copa de cóctel. Decoramos el filo de la copa con una rodaja de naranja.
Reflexiones de barra (I)
Barras del siglo pasado
Por Juan Antonio García
Este comienzo de siglo está siendo el de la afirmación de la coctelería en España, hecho del que todos los barmans tenemos que felicitarnos y del que a veces nos olvidamos.
Uno de los secretos del éxito ha sido la diversidad de filosofías de trabajo que han aparecido. Es verdad también, que tenemos que apoyar los argumentos con éxitos profesionales, punto que creo que últimamente, como gremio, estamos descuidando peligrosamente.
En los últimos años, después de la fiebre de la cocina española, hemos visto ejemplos en algunos grandes «Chefs» que han tenido que cerrar, y todos conocemos casos de barmans en la misma situación. Quizás, como profesión, estamos perdiendo lo más importante: que funcione. No me refiero únicamente al tema económico y empresarial, que también, sino a la calidad del servicio que se ofrece. Si precio-producto-establecimiento mantienen un equilibrio, a veces no podemos hacer lo que nos apetece creativamente, sino ajustarnos a nuestro presupuesto, margen y umbral de rentabilidad. A partir de ahí que cada uno decida.
Debemos tener en cuenta que en este país existe la cultura de abrir un bar “porque sí”, por esa extraña lógica que dice que inaugurar uno implica un buen negocio. Esto podía ser afirmativo hasta ahora. Nosotros no existimos sin nuestros clientes y los barmans buenos son buenos porque tienen una buena clientela. Eso significa que tenemos que intentar que nuestros consumidores sepan distinguir entre buenos y malos bares y que, sin duda, sepan escoger.
Poco a poco el cliente está informándose más y mejor sobre sus gustos, tanto en la realización de las bebidas que degustan, como en el trabajo a la hora de ejecutarlas y servirlas. Podría afirmar, y algunos se echarán las manos a la cabeza, que lo más sencillo a la hora de disponernos a entrar en nuestro escenario, la barra, es el tipo de bebidas que vamos a servir. Lo difícil, lo que realmente debe quitarnos el sueño, es el cómo; y el cómo, si sirven de algo estas líneas, no es copiar el uniforme de alguien que admiramos, sino el de adaptar a nosotros el estilo de los barmans que van a guiar nuestro oficio. Evidentemente, todos tenemos ejemplos de profesionalidad que admiramos y respetamos, pero no debemos caer en el error de llevar esas ideas al extremo. Repito, el éxito de nuestro trabajo radica en la viabilidad del proyecto, y para ello, debemos adaptar nuestras ideas a las necesidades de nuestros clientes.
Debemos intentar que el reciente auge de la «moda Barman» no nos nuble la vista. Sé que es tentador, que estamos pasando de ser meros sirvientes de bebidas a «creadores de tendencia» y lo merecemos. No vayamos a desaprovecharlo.
Elaborar la base de mojito machacando trocitos de lima y hojas de hierbabuena.
Echarla sobre el hielo picado colocado ya en la copa, y agregar el pacharán.
Añadir el zumo de naranja y mandarina con una cuchara de remover combinados.
*Sírvelo en copa de cóctel y acompáñalo con una pajita para darle un toque tropical. También puedes colocar una rodaja de lima y un poco de hierbabuena, o si eres detallista, una brocheta compuesta por trocitos de lima y naranja, para aumentar el colorido del cóctel.
Entrevista a una barmaid: Natalia García
La bartender Natalia García
ENTREVISTA A NATALIA GARCÍA
Aunque la palabra “barman” designe por definición al hombre que está detrás de la barra, no excluye por ello a las mujeres que también dominan el arte de la coctelería (barmaids) y que, afortunadamente han ido adquiriendo mayor visibilidad con el paso del tiempo. Natalia García es prueba de ello. Topógrafa de profesión y bartender por vocación, tiene 13 años de experiencia en hostelería y, aunque hoy la podemos encontrar tras la barra de Boca Chica en Barcelona, ha trabajado en algunas de las barras de última vanguardia del país como Gastrocotelería Juanillo, Museo Chicote o Cañadío Madrid. Lleva tres años al servicio de la mixología y ya ha sido galardonada con el premio del Challenge Bar Chef 2014 en la final nacional de World Class España, además de haber participado en las World Class regionales de Madrid y Cataluña.
¿Cómo llegaste a ser bartender?
Me mudé a Madrid para la apertura del nuevo local de los eran mis jefes en ese momento. Mi intención era encontrar trabajo como topógrafa, pero cuando descubrí la coctelería tuve que elegir entre las dos ramas porque sabía que me gustaba demasiado y no tendría tiempo para todo. Creo que no me he equivocado, es una profesión que me apasiona y en la que estás en constante aprendizaje, y eso me encanta.
¿Qué fue lo que te enganchó definitivamente a esta profesión? Te viene a la cabeza algún detalle, algún momento?
Sí. Cuando llegué a Madrid, antes de trabajar, iba cada día a O’clock a tomar un café y Carlos Moreno me hablaba del bar, los rones, el material, la atención al cliente… Ahí me di cuenta de que había algo más detrás de la hostelería.
¿Y recuerdas tu primer cóctel?
Sí, fue en la barra de Cañadío sin tener NI IDEA. Le preparé un dry Martini a un señor y… ¡se fue contento! (O eso dijo). Pero lo que nunca se me olvidará será mi primer cóctel en Chicote. Miguel me preguntó “¿Cómo preparas tú el mojito?”. Después de hacerlo, me enseñó cómo lo reparaba él y hoy en día, sigo haciéndolo igual.
¿Qué es con lo que más disfrutas de ser bartender?
Lo primero, poder dar en el clavo con un cliente y verle la cara de satisfacción. Esa sensación es única. Eso y poder compartir con los compañeros. El “rollo” familiar que tenemos y que cuando nos juntamos todos, de cualquier punto de España, es genial. Son las dos cosas que más me llenan de este oficio.
¿Cómo ves el mercado actualmente?
Desde mi punto de vista, el consumo de coctelería va creciendo poco a poco. Hay muchas personas que prefieren mantenerse en el combinado pero es cierto que muchas otras están abiertas a las recomendaciones del bartender y a dejarse sorprender. Eso creo que a nosotros también nos anima a seguir investigando y creando, por lo que el círculo cada vez es más amplio.
Como profesional que lleva años trabajando en esto, ¿qué tendencias puedes prever? ¿Cuál será el boom de 2014?
Por lo que veo últimamente, el mezcal o el sake, a pesar de que sientan diferentes, pueden ser dos buenas apuestas. El mezcal porque rescata lo tradicional y a los Bartenders nos encanta y lo tratamos con un cariño especial. El sake, por el punto más «healthy«. Ya que la graduación de este destilado es mucho menor que la de otros. El año pasado ya vimos la aceptación que tenía en algunos lugares y este año parece que esta tendencia sigue en alza.
¿Qué dos cócteles de tu local nos puedes recomendar?
Empezando por algo sencillo, nuestro mojito de la casa, con Zacapa 23. ¡Dicen que es uno de los mejores! Y es que el cliente agradece que cuides todos los detalles y el mojito no iba a ser menos.
Pasando a algo más complejo, tenemos una versión del clásico Champs-Élysées con Hennessy XO y una edición limitada de Chartreuse verde que le robamos a Sergio de la maleta de su último viaje a Francia. Un cóctel para paladares exigentes.
¿Podrías hablarnos de algún producto propio?
Una de las recetas a las que más cariño le tengo es una crema de chocolate con base de tequila que hice al poco de llegar a Boca para un cóctel que teníamos en nuestra carta. La intención era que fuera lo más sencillo y rápido posible de elaborar y tenía que crear un producto que por sí sólo, o con un pequeño matiz, contara lo que ya decía el cóctel: El Chocolat Hills de Sergio, ¡una verdadera obra de arte! Terminé por elaborar una crema a base de tequila reposado, cacao, jengibre y un toque de naranja. Todo un vicio para los chocolateros y al cóctel le iba que ni pintado.
¿Quién ha sido tu mayor referencia en este mundillo?
Por supuesto, creo que nunca te puedes centrar en uno solo, porque ahí está lo bueno, en saber rescatar lo mejor de todos y por eso tengo varias figuras en las que me fijo siempre y la grandísima suerte de trabajar con una de ellas. Por eso, si tuviera que decantarme sólo por uno, diría Sergio Padilla. Supongo que cuenta mucho el conocer a la persona, pero después de pasar tantas horas codo con codo con él, te das cuenta de que una persona puede saber y aprender lo que quiera y que los límites te los impones sólo tú. Con esfuerzo y dedicación puedes llegar a ser alguien como él, que SIEMPRE piensa en su equipo, que es profesional al máximo, velando por la atención al cliente en todo momento, que tiene en su cabeza hasta el cóctel más rebuscado o la técnica más rara (y si no la tiene, la crea) y siempre se preocupa de que tanto su equipo de sala como de barra estén en constante aprendizaje.
Si puedo poner a dos, sería Miguel Pérez. Fue quien confió siempre en mí desde el principio y hoy en día es uno de mis mejores amigos; con él trabajé en Chicote y aprendí muchas de las “manías” que hoy tengo y, sobre todo, una cos: que el detalle marca la diferencia.
Como en muchos otros casos, el bartending es un oficio bastante asociado al colectivo masculino, como mujer bartender, ¿has notado alguna vez mayor dificultad para ser valorada en el mundo de la coctelería?
En general considero que he tenido bastante suerte en cuanto a «la familia» se refiere porque desde el minuto cero me han enseñado y me han tratado como a una más. Es cierto que algún cliente, alguna vez, me lo ha puesto difícil, pero el truco es sonreír y seguir trabajando aunque siempre aprendiendo de las críticas. Hay que trabajárselo como en todo en esta vida, pero si te esfuerzas, da igual el sexo. Hace una semana, en el Gin Show de Barcelona di una charla sobre este tema y pedí opiniones a algunas barmaids españolas. Todas las frases eran geniales, pero la de Ruth Rueda, del Charly’s Bar de Madrid, me llegó al alma: «nuestro oficio se basa en vender felicidad y la felicidad no entiende de sexos».
¿Algún consejo para un bartender?
Estudio diario, esfuerzo y capacidad de sacrificio son tres palabras claves si quieres llegar a algún lado. Hoy en día nadie da duros a peseta, que se suele decir y, si de verdad quieres algo, tienes que luchar por ello, así que ánimo y ¡cheers!
Johnnie Walker estrena cortometraje con Jude Law
Intrépidos hombres y grandes apuestas: es lo que define la historia del whisky escocés Johnnie Walker. El creador empezó sus andaduras a los 15 años haciéndose cargo del negocio familiar y buscando el mejor de los sabores para marcar la diferencia de otros destilados.
‘The Gentleman’s wager’ (La apuesta del caballero), es un cortometraje protagonizado por el dos veces nominado al Oscar, Jude Law, y el veterano actor italiano Giancarlo Giannini, y cuenta la historia de una apuesta entre dos hombres en busca de una experiencia realmente inusual.
Law interpreta el papel de un hombre que, a pesar de tenerlo todo, utiliza una apuesta como excusa para desafiarse a sí mismo y luchar por algo que quiere, pero no puede comprar.
Rodado en las Islas Vírgenes Británicas, Caribe y Londres, respectivamente, la historia comienza con Law y Giannini disfrutando de una copa en un hermoso velero en medio del océano en un impresionante paisaje.
Jude Law en ‘The Gentleman’s Wager’
El personaje de Jude Law quiere comprar el barco, pero no está en venta y la única forma de que pueda conseguirlo, es realizando una actuación verdaderamente única. Se inicia la apuesta.
Spirits: Del Mito a la Ciencia
Del mito a la ciencia
Un artículo de José Peñascal
El alcohol era, hace miles de años, una ciencia inexplicable; relacionada habitualmente con la magia, los dioses o la alquimia más pura. A lo largo de diferentes civilizaciones que han existido podemos apreciar como ese elemento, fruto primitivo de la levadura, ha ido evolucionando hasta tomar diferentes sabores, aromas y procesos para su elaboración.
Si bien, en la actualidad conocemos que de una fermentación, gracias a la acción de la levadura, podemos obtener etanol (y CO2). En la antigüedad no se tenía tal conocimiento y, debido al carácter misterioso del producto, era relacionado como todo lo que no se podía explicar por el ser humano, es decir, lo divino.
Las primeras referencias en torno a la aparición de alcoholes la tenemos en China alrededor del 7000 a.C. La evidencia son unas vasijas en las que se han encontrado muestras de algún tipo de bebida alcohólica (fermentación básica) en la India entre los años 3000-2000 a.C. ya que, durante esa época, existía una bebida llamada Sura, fermentada de arroz.
En Occidente y Oriente Medio el desarrollo de las bebidas fermentadas iba ligado íntimamente a los dioses, el culto y la celebración. Así, en torno al 4000 a.C. los Sumerios adoraban a Ninkasi, diosa de la cerveza primitiva llamada “Ululu”. Por esa fecha los Egipcios tenían una especie de cerveza que endulzaban (ayudando a la fermentación) con dátiles y cuyo origen atribuían al dios Osiris; incluso en la cultura babilónica existían referencias al consumo de cerveza.
En 2000 a.C. la referencia y profesionalización de técnicas de fermentación hicieron posible la fama del vino griego cuya deidad vinculada era Dionisio, y se cree que ese mismo dios tuvo su adaptación romana con Baco, ambos representados con racimos de uvas como pelo, con forma de sátiro o con síntomas de embriaguez montando un asno.
Pero un punto y aparte en este mundo es el Siglo I d.C gracias a los romanos y su Ámbix (palabra que será la semilla del origen etimológico árabe de “Al-Ambik”). El Ámbix no era más que el primer método de destilación tapado, básicamente consistía en una tapa (Ámbix) que al condensar el alcohol evaporado de una olla, se sacudía sobre un recipiente consiguiendo así una forma básica de alcohol concentrado.
Años más tarde, en el Egipto Tardorromano (entre los años 284-476 d.C) los árabes, que por aquel entonces veneraban la poesía, el vino y la guerra; aprenden la técnica romana (ya expandida) de destilar y la perfeccionan creando el Alambique, más parecido a lo que vemos a día de hoy en una destilería, aunque ese nombre no le llegará hasta 800 años más tarde. Es la cultura pre-islámica árabe la que, en el futuro, dará nombre a ese producto; Al-khul, siendo el determinante “Al” (“El”) y la palabra “khul” que hacía referencia a un polvo de antimonio que las mujeres usaban para pintarse los ojos en prevención de diversas enfermedades. Básicamente la relación es que el polvo de antimonio era indivisible y el “humo” del alambique también, llegando a nombrarse así y otorgándole un aspecto místico a este “humo” (alcohol en estado gaseoso) al compararlo con un “espíritu” que si te poseía hacía que no fueses consciente de tus actos. Obviamente te poseía si lo bebías, de ahí el actual nombre “espirituosos”.
Precisamente esta cultura del mundo árabe cambiará con la aparición del profeta Mahoma y el Islam, prohibiendo el Jamr (vino) sucesivamente a lo largo de los años hasta prácticamente su extinción. Pero ese testigo de destilación, debido principalmente a la invasión árabe, llegará a la península ibérica y de ahí al resto de Europa, mejorando así los métodos ya conocidos para la creación de alcoholes.
En el año 1280 d.C el médico Arnau de Villanova, “descubre” el alcohol y lo tipifica, incluso lo nombra debido a su etimología y haciendo honor a quienes lo perfeccionaron, los árabes. De esta forma surgen palabras como Alcohol, Alambique, Aquitara, etc…
Años más tarde, ya avanzadas diversas bebidas por todo el mundo, en 1789 d.C, el químico francés Lavoisier halla la fórmula del Etanol y la explicación científica de la fermentación alcohólica.
En torno al 1900 d.C el químico ruso Mendeléyev (autor de la tabla periódica) estipulará que las bebidas de graduación superior deben tener 40º para que mantengan nuestro cuerpo caliente y al mismo tiempo permitan ser saboreadas (ya que una mayor graduación nos mantendría más caliente provocando una reacción exotérmica en nuestro cuerpo, aunque apreciaríamos menos su sabor, y viceversa).
A lo largo del mundo conocido diversas culturas han experimentado de diferentes maneras la creación de alcoholes, conscientes o no del proceso de fermentación se han creado bebidas que han marcado culturas, guerras, civilizaciones y creencias. Desde el Aqua Vitae gaélico, el Ululo sumerio o el Jamr árabe y pasando por culturas precolombinas como el Pulque azteca (base del actual mezcal).
Gracias a esta evolución histórica de casi 10000 años podemos decir que el alcohol, siempre ha sido y será, aquella sustancia alquímica que tiene algo de misticismo y ciencia.
Cóctel «Brote de manzana» de Christian Heiss
Cóctel Brote de Manzana de Christian Heiss
“An Apple a day keeps the doctor away”: eso es lo que dice un dicho en lengua inglesa y de forma muy acertada puesto que la fruta tiene tantas propiedades beneficiosas para la salud que, comiendo una cada día, realmente podríamos mantener al doctor alejado.
Se podría decir que el cultivo de la manzana es tan antiguo como la humanidad, poco a poco se han ido descubriendo las múltiples propiedades medicinales que ofrece. Es antiinflamatoria, antidiarreica y laxante, diurética y depurativa y anticancerígena.
Se trata de un fruto imprescindible en nuestra dieta, aparte de comerla cruda, cocida, sola o combinada con otros alimentos, se elaboran productos tan conocidos como el vinagre de manzana o la sidra.
Hoy te ofrecemos una receta exclusiva del barman Christian Heiss , quien ha aprovechado el comienzo de temporada de las manzanas Marlene® para elaborar un cóctel para el consorcio.
Heiss es barman del prestigioso restaurante Kronenhalle de Zúrich ha creado un delicioso y refrescante cóctel que celebra los aromas y sabores de las frutas Marlene® desde la floración hasta la recogida.
Ingredientes para 3 o 4 copas:
2 manzanas Royal Gala Marlene®
4/5 flores de jazmín secas
500 ml de agua caliente
100 ml de sirope de vainilla
20 ml de sirope de granadina
40 ml de zumo de limón fresco
20 ml de agua de rosas
5 a 10 g de jengibre fresco
Preparación del sirope de vainilla
Hierve 1 kg de azúcar en 1 litro de agua con 3 vainas de vainilla abiertas por la mitad a lo largo, deja templar el líquido y termina de enfriarlo en el frigorífico. Envasa el sirope con las vainas en una botella y consérvalo en el frío.
Preparación del té de jazmín
Pon las flores de jazmín en el agua caliente y déjalas 4-5 minutos. Retira las flores del agua y deja enfriar el té en el frigorífico.
Preparación del cóctel
Lava y trocea las manzanas. Pon el té de jazmín con los demás ingredientes en una batidora eléctrica y tritura bien con un poco de hielo. Cuela el batido por un colador de malla fina, envásalo en una botella y déjalo en el frigorífico.
Para servirlo
Vierte en una copa de vino 100 ml de la mezcla fría y añade 50 ml de agua con gas.
¡A disfrutar!
Beefeater Spirit of London: espíritu cosmopolita
Beefeater Spirit of London
La excentricidad, el espíritu cosmopolita y la efervescencia que guarda cada rincón de Londres llegan a España a través de Beefeater Spirit of London. Una edición limitada que rinde homenaje al lugar que vió nacer a la ginebra Beefeater, y donde hoy en día se sigue destilando bajo la cuidadosa mirada de Desmond Payne.
Beefeater Spirit of London, edición limitada, mezcla el patriotismo con el estilo más transgesor y una pizca de excentricidad Esto le permitecaptar el espíritu del Londres más actual, al tiempo que pone de relieve la condición de la marca como la ginebra más premiada del mundo.
Su diseño llamativo y envolvente con la bandera de la Union Jack, la convierten en el centro de atención de lineales y locales. La tradicional silueta recortada de los guardianes de la torre de Londres (mundialmente conocidos como Beefeaters) ocupa un lugar de honor en la etiqueta, posicionándose como el icono de la Dry Gin londinense más vendida.
El diseño de la botella también muestra a una de las figuras más transgresoras de los visuales de Beefeater: la de Justin O’Shea. Un contraste de “yeoman” que refleja que la marca es tanto un icono londinense moderno como una marca con orígenes genuinos y un gran legado.
La edición limitada contendrá la misma fórmula tradicional premiada que la de Beefeater London Dry con una graduación del 40º, en las principales cadenas y al mismo precio que la tradicional.
Devil Smile
Devil Smile by Víctor Méndez Rodriguez
RECETA
1 terrón de azúcar moreno
1 dátil
1 guinda de cereza en almíbar
crusta o rimelado de un mix en la copa de brandy de mostaza y miel borde copa
1 benjamín de champagne
1,5cl de brandy
2 dash de aceite de oliva con pimentón picante
3 dash de sirope de fresa
TIPO DE COPA: copa de champagne baja y ancha
PREPARACIÓN
Sobre la copa poner un terrón de azúcar moreno, preparar un pincho de dátil y guinda o cereza en almíbar, preparar el borde de la copa con el mix de miel y mostaza para la decoración. Añadir el brandy y el champagne frio casi a un dedo de la copa, en el centro verter 2 gotas del mix de aceite con pimentón picante y las gotas de sirope de fresa.
El pasado de la cerveza (II).
El pasado de la cerveza (II)
Hemos visto en el anterior número que la cerveza lleva con nosotros miles de años y que ha tenido una gran importancia. Cada día surgen nuevos hallazgos que lo corroboran. Sin ir más lejos, el pasado enero, se descubrió en Luxor (Egipto) la tumba de Jusum-Im-Heb, maestro cervecero que vivió hace unos 3.000 años en el Antiguo Egipto. Gracias a ella y debido a su estructura, propia de enterramientos de gentes de clases privilegiadas, se demuestra la importancia en esa época de esta bebida de cereales fermentados.
Pero ya hablamos de Mesopotamia, Egipto, Grecia o Roma. Sigamos pues con la importancia de la cerveza en tiempos posteriores.
Los habitantes de Europa comenzaron a elaborar nuestro líquido protagonista con grano de cereal aproximadamente sobre el 1000 a.C., según las antiguas epopeyas y viejos mitos. Así que antes, durante y tras el Imperio Romano, los diferentes pueblos europeos ya disfrutaban de aquél. Alemanes, Suevos, Bávaros o Sajones, por ejemplo, en Centro-Europa, Galos, Celtas e Íberos en el sur , o las tribus nórdicas (Daneses, Noruegos o Suecos), dominaban el arte de fabricar cerveza, con mayor o menor calidad. Se dice que Galos y centroeuropeos eran unos auténticos maestros.
En el norte de Europa esta bebida era conocida como “Öl”, que es la raíz de la palabra actual “Ale”, que se usa para referirse a un tipo de cerveza de alta fermentación. Posiblemente los Sajones la introdujeron en Gran Bretaña y ahí surgió la actual “Ale”.
Para las clases altas de Roma esas bebidas bárbaras eran indignas, por tanto, ellos seguían consumiendo su adorado vino. Pero hay constancia de que a pesar de ello, los romanos que ocuparon zonas de la actual Alemania, construyeron instalaciones para elaborar cerveza, como demuestran los restos encontrados en 1983 cerca de la ciudad bávara de Regensburg a orillas del Danubio. Estos restos, muy bien conservados, pertenecen al siglo II o III d. C., y son parte de un asentamiento fortificado en el que al parecer había diferentes tipos de artesanos.
Pero en aquellos años no le fue fácil a la cerveza continuar con la buena fama que había tenido tiempo atrás. Ya hemos visto que los romanos más influyentes no la aceptaban demasiado y los griegos tampoco fueron grandes bebedores del néctar de grano, aunque le tenían algo más de aprecio. Y esta mala reputación la acompañó en los textos de algunos eruditos (no así en las costumbres del pueblo llano y en los textos de otros sabios) hasta la Edad Media. Comentar por ejemplo las palabras que por el año 1.256 de nuestra era decía sobre la cerveza Aldobrandino de Siena (médico de la corte de Beatriz de Provenza, experto en higiene y dietética) : “…A pesar de lo que esté hecha, ya sea de avena, cebada o trigo, daña la cabeza y el estómago, causa mal aliento y destruye los dientes, llena el estómago de malos gases, y como consecuencia de todo ello, todo aquel que lo beba junto con el vino se emborrachará rápidamente; pero tiene la propiedad de facilitar la orina y hace que la piel esté blanca y suave…”.
Volviendo un poco atrás cabe decir que no fue hasta Carlomagno (siglo VIII) que se oficializó de manera generalizada la forma en la que se había de elaborar cerveza. Este Emperador organizó su territorio en unas especie de Ciudades-Estado que tenían de todo, incluyendo cerveceras, pues era un gran aficionado a la cerveza. Promulgó además algo así como unas ordenanzas económicas, llamadas “Capitulare Caroli Magni de Villis”, que servían para que esas ciudades desarrollaran ordenadamente sus actividades; regulaba incluso aspectos relacionados con la elaboración de la cerveza por parte de los maestros cerveceros y la venta de ésta por parte de los comerciantes.
Hasta el siglo IX, nuestra malteada bebida se elaboraba sin la adicción del lúpulo (“Humulus lupulus”). En los siglos previos se preparaba con una mezcla de hierbas (en cada zona tenían las suyas propias: mirto, melisa, borrajas, saúco, etc.) llamada “Gruit”. Se conseguía más o menos el mismo efecto que posteriormente con el lúpulo: aromatizar, equilibrar el dulzor de la malta y estabilizar la bebida en general.
La popularidad del “Gruit” hizo que incluso se regulara de manera específica lo referente a él en algunos escritos centro-europeos previos a la Ley de Pureza de la Cerveza de 1516: los Grutechte (también conocidos internacionalmente como Gruit Rights); eran una especie de decretos que conferían privilegios para hacer y vender “Gruit” para elaborar cerveza. Fuera de la ciudades, de estos decretos que otorgaban privilegios sobre los procesos de la cerveza y el “Gruit”, se beneficiaban los nobles en sus territorios, las iglesias y los monasterios.
Estos monasterios tuvieron gran importancia en el desarrollo de la cerveza en la Edad Media. La expansión del cristianismo por toda Europa había hecho proliferar monasterios por todos los territorios de norte a sur y extendió el consumo de cerveza en todos ellos. Ya en albergues y hospitales regentados por religiosos o cristianos devotos se ofrecía cerveza a los enfermos o a los peregrinos, pues se la consideraba un complemento alimenticio importante y un remedio para curar lombrices intestinales e inflamaciones.
Y en esos monasterios cristianos nacerá la mejor cerveza, pues los monjes tenían el tiempo necesario para dedicarse por completo a la fabricación de la dicha bebida. Y es dentro de los muros de una Abadía donde se dejó constancia por primera vez del uso del lúpulo como ingrediente de la cerveza. Fue hacia el año 1153 (1150 según otros autores) cuando la Abadesa de Eibingen –Alemania – , Hildegarde von Bingen (luego conocida como Santa Hildegarda, y reconocida como filósofa, visionaria y profetisa, muy apreciada por toda la Comunidad Cristina) escribió en su obra “Physica Sacra” acerca de poner lúpulo a la cerveza: “…seine Bitterkeit verhindert die Fäulnis…” (… su amargor retarda su putrefacción…). Hablaba de las bondades del lúpulo y su acción beneficiosa par la salud. Y tenía que tener algo de razón, porque bebió cerveza hasta sus últimos días y vivió 81 años, algo muy poco frecuente en la época (¿milagro cervecero?).
Pero el lúpulo no es que fuera algo nuevo, porque hay constancia escrita de que ya entre el s. VIII y IX se cultivaba en amplias regiones de la actual Alemania. De hecho, antes de usarse para la cerveza, se usaba como remedio medicinal, pues algunos de sus compuestos se decía que actuaban como bactericida; incluso se usaba para los nervios o como laxante.
La extensión del “Humulus Lupulus” fue rápida, ya que su cultivo era más barato que el de las hierbas para el “Gruit”. Mucha gente lo cultivaba incluso en sus jardines.
Pronto pues, el lúpulo pasa a formar parte de la incipiente industria cervecera. Ya incluso entre los siglos XII y XIII se exporta desde el norte de Alemania la cerveza hecha con lúpulo a Flandes (Bélgica) y Holanda. Un ejemplo son la cerveceras de Hansa.
Además de estas zonas, también este tipo de cerveza con lúpulo comienza a ser consumida en la región de Brabante (Ducado entre Países Bajos y Bélgica) y en el siglo XV llega incluso a Inglaterra.
Vemos pues que la industria de la cerveza durante la Edad Media tiene un auge en dos ámbitos diferenciados: Monasterios (Agustinos, Benedictinos y Trapenses sobre todo), con cervezas hechas con mucho mimo y paciencia y buenos ingredientes que producían en los propios monasterios, consiguiendo así unas cervezas de gran calidad que han llegado hasta nuestros días (Cervezas de Abadía). Y empresas de cerveza creadas en las ciudades, constituidas como industria, con un mayor enfoque a la venta y por tanto, no siempre elaboradas con los mejores ingredientes ni con el tiempo y cariño necesarios, a pesar de su naturaleza artesanal.
Hubo a lo largo del Medievo numerosas y diferentes leyes y decretos, sobre todo en las regiones alemanas, que incluso recogían tasas sobre la cerveza, y por supuesto, privilegios para nobles y monjes.
Pero la mejor cerveza de los monjes creaba envidia en los nobles, que legislaban para favorecer su propia cerveza, creando factorías modernas en relación a las de los monasterios. Ello favoreció los controles de calidad y que la cerveza fuera mejorando en general.
Se multiplicaron las empresas elaboradoras de cerveza y hubo tal frenesí alrededor de todo lo que significaba la cerveza, sobre todo en la actual Alemania, que para evitar problemas, intervino un Rey aficionado a esta bebida para poder controlarlo todo: ingredientes, elaboración, venta, distribución, etc. Era el rey Guillermo IV, impulsor de la Ley de Pureza de la Cerveza de 1516, redactaba en Bavaria, conocida como la “Reinheitsgebot” y heredera de las leyes que en estos temas redactara antes Carlomagno.
Reseñar que en España también tiene su historia la cerveza, por supuesto, pero creemos más oportuno dedicarle un capítulo especial en otro número, más adelante, para además de ver su historia pasada, hablar de su pasado reciente y su futuro.
En próximos números seguiremos viendo la
evolución de la cerveza y otros aspectos de esta interesante industria que tanta influencia tiene últimamente en nuestra barras y entre los profesionales de la hostelería, “bartenders” y mixólogos inclusive.
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