Rincón oscuro y elegante, cuatro paredes que, entre blanco, rojo y negro, evocan los colores del Negroni, este famoso cóctel florentino que da nombre a este local de Barcelona.
Presenta un diseño minimalista, conceptos simples y formas sencillas. Nada más entrar encontramos los detalles de la receta del Negroni decorando la pared roja del fondo, una composición bien conocida (1/3 de London Dry Gin, 1/3 de Bitter Campari, 1/3 de Vermut Rosso); uno tiene la impresión inmediata de estar en un lugar donde saben muy bien lo que hacen.
Al dirigirnos a la barra, grabada con el mito de Paris y Helena por un artista griego, el barman y co-propietario Daniel Gómez nos saluda con un “qué les puedo ofrecer”. Por supuesto, en honor al nombre y por la curiosidad que suscita, lo primero que nos viene a la cabeza es “Negroni”. Aquí empieza el ritual y la química dentro de la coctelera, el vaso mezclador, un cuchillo mondador… Es imposible dejar de observar al hombre vestido de un negro impoluto, sobre todo para los neófitos. Incluso los clientes que ya han echado sus horas sentados a la barra, se quedan ensimismados observando de nuevo el proceso. Ocurre otra vez, es la magia de la mixología que sólo puede surgir en un auténtico cockatil-bar. Al acabar, el barman ofrece la bebida, servida en un Old-fashioned y para entonces tú ya te has creado bastantes expectativas. Y aunque el experto que nos atiende espera una respuesta o una consigna que le indique si hay algo que deba modificar, no hay nada que reclamar.
La coctelería Negroni está situada en el bullicioso Raval, uno de los barrios de mayor intercambio cultural y de ocio de Barcelona. En cuanto a hostelería, está lleno de lugares con tanto encanto como éste.
Definitivamente, Negroni es un espacio para adultos, para largas e intensas conversaciones nocturnas, para los que saben lo que quieren o, al menos, para aquellos que saben dejarse llevar por la persona que hay detrás de la barra, quien canaliza sus gustos y preferencias con la maestría del más preparado bartender. Entre su oferta de coctelería, están descartadas la flair y la tiki porque ellos sólo trabajan con una carta clásica, su marca es la sobriedad de la escuela antigua.
Todo en esta coctelería parece pensado para gustos clásicos y placeres sencillos. De fondo escuchas algún tema de Jazz en base de un clásico saxofonista como Charlie Parker; recoges tu copa, te sientas en alguno de los sillones tapizados en piel negra y entablas una conversación con tus compañeros de turno; paralelamente, saboreas el cóctel que has elegido, siendo consciente que ha sido elaborado únicamente para ti. Como dice Eduard Campos, otro de sus bartenders, es entonces cuando entras de pleno en la “burbuja” Negroni, aislada del movimiento de la ciudad, sin tele, sin Wi-Fi, apostando por la relación real entre personas.
Este coktail-bar abrió sus puertas en 2004 y desde el principio han ofrecido los combinados más clásicos con una presentación, calidad y buen gusto indiscutibles. Son éstas las características que han convertido a Negroni en una de las coctelerías de mayor referencia en la ciudad condal.
Sus mismos propietarios, Daniel Gómez y Javier Cejas han apostado siempre por el trato directo con los clientes. Trabajan al servicio de la intuición y la experiencia para ofrecer un “cóctel a medidas que invita a la sorpresa e, incluso, a la revelación”.
Negroni Cocktail Bar
c/ Joaquín Costa, 46
Lunes a jueves y domingo: 19:00 a 02:30
Viernes y sábado: 19:00 a 03:00
info@negronicocktailbar.com