REFLEXIONES DE BARRA (XX)

Texto_Juan Antonio García

Como apuntamos en otro artículo, el pasado mes de mayo se celebró el certamen de coctelería en Baleares. Dicho certamen, además de lo reseñado, tuvo un componente sentimental añadido, ya que un colaborador desde casi los inicios y uno de los responsables del mantenimiento de esta asociación en tiempos de crisis, Paco Ferrer, nos dejó recientemente.

Los más viejos del lugar conocíamos a don Paco porque era ese hombre menudo, de excelente educación, venido desde muy joven de tierras andaluzas (su vida es para escribir un libro), prototipo del profesional de antaño, del primer despertar de la hostelería en Mallorca, profesional de chaqueta blanca y lito, de dry martinis y Gin Fizz, que tanto te hacía unas “crepes sousse” como te trinchaba un pavo, de maestro y aprendiz, de paso firme y mirada afable, producto de años de entrenamiento delante del cliente, de noches de bar con cigarro y copa, de esas noches cada vez más alejadas de confidencias, susurros y conversaciones entre humo de cigarro (como añoro a veces ese tiempo) y siempre dispuesto en la ayuda de aquellos que andábamos perdidos por ser nuestros primeros concursos, o bien dirigiendo aquellas dudas o cuestiones de los más veteranos, siempre sabiendo a quien preguntar o donde dirigirse, todo esto sin hacerse notar demasiado, siempre estaba, era sinónimo a Asociación de Barmen.

Reflexiones de barra

Con el tiempo fuimos conociéndonos mejor, pero nunca entablamos una conversación más allá de las cuestiones relacionadas con el campeonato o de temas relacionados con la coctelería, conversaciones cortas pero llenas de información, ya a su mediana edad era de aquellos barmen que respiraban coctelería, respiraban profesión.

Con el tiempo, la edad le fue apartando de las funciones organizativas del campeonato (nos pasará a todos) pero seguía viniendo cada año a ver como las nuevas promesas irrumpían con sus ideas o como los jefes de bares se reinventaban cada año, disfrutaba, se le notaba en la cara cierta nostalgia de no poder estar ahí, de no participar activamente concursando u organizando el evento.

Como digo, don Paco por estas y muchas otras cosas recibió un más que merecido homenaje en los prolegómenos del campeonato, pero me gustaría aprovechar estas líneas para hacer un sincero recordatorio de todas aquellas personas que, como don Paco, han trabajado desde hace muchos años por nuestra profesión y especialmente en las diversas asociaciones de barmen que, recordemos, son las únicas adscritas a la International Bartenders Association (IBA) y las responsables de los campeonatos oficiales tanto de cada región, como del nacional. Desde mi actual cargo como RRPP de la asociación de Baleares (Don Paco también ocupó el cargo), veo lo complejo que es llevar a cabo todas las acciones, manteniendo y mejorando año a año, que requiere una asociación de estas características. Por ello mi reconocimiento, especialmente a los máximos responsables de la de Baleares, D. Antonio Barea (presidente) y Luís Martí (secretario) y extensivo a tantos otros.

Hoy en día, como he apuntado en otras ocasiones, en el mundo vertiginoso en el que nos encontramos, no podemos muchas veces hacer un ejercicio tan sencillo y necesario como olvidado: recordar. Recordar no es vivir en la nostalgia, es aprender de la experiencia y por ello recordaremos a don Paco, sus enseñanzas, su determinación y su trabajo, nuestros éxitos son suyos también.